/ miércoles 1 de diciembre de 2021

Repique inocente | El empleo, según el cristal con que se mire

Todo es según el cristal con que se mire, dice el poema célebre de Ramón de Campoamor. Que no he leído pero dicen que dice. Y el arriba firmante que es bastante crédulo, lo cree a pie juntilla. O como dicen en mi pueblo: cada quien habla de la feria según cómo le fue en ella.

Esta vez, en esta media plana de El Sol de Toluca quisiera abordar una de las consecuencias que trajo consigo la pandemia de Covid-19: el ramalazo en el empleo. Ahí, cada quien habla según le va. Algunos no han resentido nada de nada. Otros, lo han perdido todo.

Los cálculos generalmente aceptados indican que 12.5 millones de mexicanos perdieron su trabajo debido a la pandemia. En el subcontinente latinoamericano, 28 por ciento de la fuerza laboral perdió su chamba. Y mientras en México se ha recuperado casi por completo el empleo perdido, en América Latina una porción alta de la población económicamente activa sigue sin recuperar su trabajo.

Más aún: una encuesta presentada ayer, último día de noviembre, por el Banco Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo señala que “como consecuencia de los retrocesos en el mercado laboral poco más de la mitad de los hogares en la región no han logrado recuperar aún los ingresos familiares previos a la pandemia”. Es decir, todavía andamos por la calle de la amargura.

Porque algunos conservaron su trabajo. Y hoy trabajan hasta el doble de lo que hacían previo a la pandemia. O su salario es un 10, 20, 25 o 50 por ciento menos que antes de la pandemia.

Se han recuperado o se mantienen los empleos, pero estos son de menos calidad que hace dos años, antes de que estallara la pandemia y la crisis de la que se enfermó la economía con el coronavirus: salarios más bajos, menos prestaciones y en general condiciones laborales más precarias.

Especialmente este escenario lo resienten las mujeres y los jóvenes. Para ellas fue más fuerte el impacto inicial del desempleo y la recuperación del mercado laboral ha sido más lenta. Un año y medio después del inicio de la crisis, la probabilidad de las mujeres de haber dejado de trabajar a raíz de la pandemia es dos veces más alta que la de los hombres, según el estudio del Banco Mundial y la ONU. Sin olvidar, que ha habido un impacto mayor entre las mujeres madres de niños de 0 a 5 años. Y en general resienten también una mayor incidencia de problemas de salud mental.

A los jóvenes también se los cargó el payaso. Un dato de la Organización Internacional del Trabajo indica que a nivel mundial el empleo para los jóvenes cayó 8.7 por ciento en 2020 —frente al 3.7 por ciento de los adultos—. Un reporte de la agencia Bloomberg apunta que los veinteañeros han sido prácticamente excluidos del mercado laboral y anticipa que este escenario continuará por varios años.

Todo es según el cristal con que se mire. Los números, fríos e insensibles, apuntan a que lo que mira con cierto grado de optimismo es más gris de lo que parece.

***

Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca.

Mail: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.

Todo es según el cristal con que se mire, dice el poema célebre de Ramón de Campoamor. Que no he leído pero dicen que dice. Y el arriba firmante que es bastante crédulo, lo cree a pie juntilla. O como dicen en mi pueblo: cada quien habla de la feria según cómo le fue en ella.

Esta vez, en esta media plana de El Sol de Toluca quisiera abordar una de las consecuencias que trajo consigo la pandemia de Covid-19: el ramalazo en el empleo. Ahí, cada quien habla según le va. Algunos no han resentido nada de nada. Otros, lo han perdido todo.

Los cálculos generalmente aceptados indican que 12.5 millones de mexicanos perdieron su trabajo debido a la pandemia. En el subcontinente latinoamericano, 28 por ciento de la fuerza laboral perdió su chamba. Y mientras en México se ha recuperado casi por completo el empleo perdido, en América Latina una porción alta de la población económicamente activa sigue sin recuperar su trabajo.

Más aún: una encuesta presentada ayer, último día de noviembre, por el Banco Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo señala que “como consecuencia de los retrocesos en el mercado laboral poco más de la mitad de los hogares en la región no han logrado recuperar aún los ingresos familiares previos a la pandemia”. Es decir, todavía andamos por la calle de la amargura.

Porque algunos conservaron su trabajo. Y hoy trabajan hasta el doble de lo que hacían previo a la pandemia. O su salario es un 10, 20, 25 o 50 por ciento menos que antes de la pandemia.

Se han recuperado o se mantienen los empleos, pero estos son de menos calidad que hace dos años, antes de que estallara la pandemia y la crisis de la que se enfermó la economía con el coronavirus: salarios más bajos, menos prestaciones y en general condiciones laborales más precarias.

Especialmente este escenario lo resienten las mujeres y los jóvenes. Para ellas fue más fuerte el impacto inicial del desempleo y la recuperación del mercado laboral ha sido más lenta. Un año y medio después del inicio de la crisis, la probabilidad de las mujeres de haber dejado de trabajar a raíz de la pandemia es dos veces más alta que la de los hombres, según el estudio del Banco Mundial y la ONU. Sin olvidar, que ha habido un impacto mayor entre las mujeres madres de niños de 0 a 5 años. Y en general resienten también una mayor incidencia de problemas de salud mental.

A los jóvenes también se los cargó el payaso. Un dato de la Organización Internacional del Trabajo indica que a nivel mundial el empleo para los jóvenes cayó 8.7 por ciento en 2020 —frente al 3.7 por ciento de los adultos—. Un reporte de la agencia Bloomberg apunta que los veinteañeros han sido prácticamente excluidos del mercado laboral y anticipa que este escenario continuará por varios años.

Todo es según el cristal con que se mire. Los números, fríos e insensibles, apuntan a que lo que mira con cierto grado de optimismo es más gris de lo que parece.

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Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca.

Mail: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.