En menudo brete está el mundo. Encontrar solución al problema ambiental global sin transformar los procesos productivos que tienen que ver con la estabilidad económica, no es posible.
La principal fuente emisora de gases de efecto invernadero GEI, está en la generación de energía eléctrica. La mayoría de las plantas de México y el mundo, funcionan con carbón, gas o petróleo, entre el 65 y 70 por ciento del flujo eléctrico, proviene de esas fuentes, por ello la importancia de migrar al uso de energías limpias. Sin embargo, no es el único frente de batalla, en 2019 el incendio forestal del Amazonas y las declaraciones del presidente de Brasil –Bolsonaro- mostró la profunda ignorancia en temas ambientales y el poco amor que tienen algunas autoridades a la vida humana. El discurso no oficial fue, que se permitió la pérdida de 2 millones 500 mil hectáreas, para impulsar la actividad agrícola y ganadera, sin considerar el daño a 7 mil quinientos millones de seres humanos, que respiramos el mismo aire del planeta y sufrimos el calentamiento global. En España, durante la reunión de Naciones Unidas contra el cambio climático, COP25, el mensaje de Bolsonaro fue: En Brasil, mando yo…
Ahora tenemos 3 problemas globales a solucionar de manera simultánea, COVID-19, cambio climático y el crack de la economía mundial. Las secuelas de la pandemia, su impacto en la salud mundial y las finanzas, implican un tremendo reto, complicado por la destrucción continua del equilibrio ecológico, del medio ambiente. Los taladores siguen destruyendo bosques, sin preocuparse por sembrar. Empresas turísticas invaden reservas sin acciones sustentables para flora y fauna. El negocio de los transgénicos en la alimentación mundial, no considera la afectación a las economías locales y destruye la estabilidad y modo de vida de comunidades enteras que viven de la miel y los cultivos agrícolas no patentados. El incremento de la inseguridad ante los negocios del crimen organizado mexicano, que ya compite con los carteles mundiales.
Algunas proyecciones no oficiales calculan que, llevará más de 5 años, alcanzar niveles de estabilidad económica, semejantes al inicio de la pandemia y eso no es bueno. No estábamos bien. Ya había desempleo y pérdida de poder adquisitivo. Las emisiones de CO2 se mantienen altas y la meta de cero emisiones que firmó México, se ve lejana para el 2050. Así vamos a llegar al 13 de agosto, “Día Nacional de la Organizaciones Ambientales” con grandes retos para los sectores público, privado y social, porque sólo en compromiso conjunto habrá avance. Lo vemos en los mensajes de la ONU, del C40, de GEO, del GEM, no olvidar, educar y acelerar el paso.