/ miércoles 24 de marzo de 2021

Subrayando | ¡Pobre Margarita!

¡Cuánto ha sufrido!, le decía en una carta don Benito Juárez a su yerno Pedro Santacilia que se encontraba en New York acompañando a la desterrada familia Juárez Maza.

Juárez para proteger a su esposa e hijos de la persecución que sufría de Antonio López de Santana los mandó a Estados Unidos, país al que llegó ella con la mayor parte de sus 12 hijos y su yerno, en pleno invierno, sin dinero, sin conocer a nadie, sin hablar el idioma.

Margarita Eustaquia Maza Parada había nacido 20 años después que don Benito.

Era hija natural y había sido adoptada por Antonio Maza, un italiano radicado en Oaxaca, en cuya casa él vivía.

Don Benito conoció a Margarita y se casaron. (Él ya tenía dos hijos que procreó con Rosa Chagoya, su primera pareja).

Maza Parada tenía 17 años y Juárez García 37 años. Vivieron tranquilos mientras él ocupaba cargos públicos en los que fue regidor, juez, secretario de gobierno, diputado y gobernador. Ella se dedicaba al cuidado de sus hijos.

Después de la revolución de Ayutla va con su familia a la capital, siguiendo a su esposo.

Cuando llegó Maximiliano de Habsburgo a México, el Benemérito de las Américas tuvo que llevar su gobierno itinerante por diversas partes del territorio nacional, y es entonces cuando su familia se va a Estados Unidos, y Margarita debe resolver problemas que se le presentan. Tiene que desempeñarse en diversos trabajos como tejer, pedir prestado y empeñar lo que podía.

Ella le escribía a don Benito: "Mi estimado Juárez (en lo privado le decía “Nito”), siento que me acabo, mi naturaleza está muy gastada y ya no resisto más”.

Durante su exilio vio morir a dos de sus hijos: José y Antonio, aumentando las penalidades que sufría.

Cuando las cosas iban cambiando en México para Benito, entonces en EU invitaban a fiestas a Margarita, y ella le escribía a su esposo: “No vayan a decir que estando tú en El Paso, pasando miserias, yo esté aquí gastando en lujos”.

"En la fiesta toda mi elegancia consistió en un vestido que me compraste en Monterrey hace dos años, el único que tengo regular y que lo guardo para cuando tengo que hacer una visita de etiqueta, y unos aretes que tú me regalaste el día de mi santo”.

También le escribía comentando los acontecimientos de la patria. “Los franceses cuando mucho durarán un año. Dios nos dé vida para ver el término de esta revolución” y firmaba con las palabras “Libertad y Reforma”.

Después de tres años de exilio, regresa Margarita con su familia a México y en 1871 murió en su casa de San Cosme, en la Ciudad de México.

Margarita fue la esposa, la madre, la mujer que identificada con las ideas de don Benito, no sólo lo apoyó cumpliendo con lo que las costumbres de la época le solicitaban, en una situación muy difícil tanto en el país como en el exilio, dándole seguridad para cumplir las tareas que a él la patria le exigía.

¡Cuánto ha sufrido!, le decía en una carta don Benito Juárez a su yerno Pedro Santacilia que se encontraba en New York acompañando a la desterrada familia Juárez Maza.

Juárez para proteger a su esposa e hijos de la persecución que sufría de Antonio López de Santana los mandó a Estados Unidos, país al que llegó ella con la mayor parte de sus 12 hijos y su yerno, en pleno invierno, sin dinero, sin conocer a nadie, sin hablar el idioma.

Margarita Eustaquia Maza Parada había nacido 20 años después que don Benito.

Era hija natural y había sido adoptada por Antonio Maza, un italiano radicado en Oaxaca, en cuya casa él vivía.

Don Benito conoció a Margarita y se casaron. (Él ya tenía dos hijos que procreó con Rosa Chagoya, su primera pareja).

Maza Parada tenía 17 años y Juárez García 37 años. Vivieron tranquilos mientras él ocupaba cargos públicos en los que fue regidor, juez, secretario de gobierno, diputado y gobernador. Ella se dedicaba al cuidado de sus hijos.

Después de la revolución de Ayutla va con su familia a la capital, siguiendo a su esposo.

Cuando llegó Maximiliano de Habsburgo a México, el Benemérito de las Américas tuvo que llevar su gobierno itinerante por diversas partes del territorio nacional, y es entonces cuando su familia se va a Estados Unidos, y Margarita debe resolver problemas que se le presentan. Tiene que desempeñarse en diversos trabajos como tejer, pedir prestado y empeñar lo que podía.

Ella le escribía a don Benito: "Mi estimado Juárez (en lo privado le decía “Nito”), siento que me acabo, mi naturaleza está muy gastada y ya no resisto más”.

Durante su exilio vio morir a dos de sus hijos: José y Antonio, aumentando las penalidades que sufría.

Cuando las cosas iban cambiando en México para Benito, entonces en EU invitaban a fiestas a Margarita, y ella le escribía a su esposo: “No vayan a decir que estando tú en El Paso, pasando miserias, yo esté aquí gastando en lujos”.

"En la fiesta toda mi elegancia consistió en un vestido que me compraste en Monterrey hace dos años, el único que tengo regular y que lo guardo para cuando tengo que hacer una visita de etiqueta, y unos aretes que tú me regalaste el día de mi santo”.

También le escribía comentando los acontecimientos de la patria. “Los franceses cuando mucho durarán un año. Dios nos dé vida para ver el término de esta revolución” y firmaba con las palabras “Libertad y Reforma”.

Después de tres años de exilio, regresa Margarita con su familia a México y en 1871 murió en su casa de San Cosme, en la Ciudad de México.

Margarita fue la esposa, la madre, la mujer que identificada con las ideas de don Benito, no sólo lo apoyó cumpliendo con lo que las costumbres de la época le solicitaban, en una situación muy difícil tanto en el país como en el exilio, dándole seguridad para cumplir las tareas que a él la patria le exigía.