La dismorfia muscular es un trastorno mental caracterizado por una preocupación excesiva con la idea de no tener un cuerpo suficientemente musculoso, lo que conlleva renunciar a actividades sociales y laborales por la necesidad de ejercitarse.
Esta búsqueda de los varones por tener un cuerpo corpulento ingresó al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés), donde se ubica dentro de los Dismórficos Corporales, caracterizados por la preocupación excesiva por la apariencia.
Los antecedentes datan de 1993 cuando Pope y su equipo observaron que en un grupo 108 físico-constructivistas varones, nueve de ellos se percibían como delgados, pequeños e insuficientemente musculosos, cuando en realidad eran grandes y fuertes.
También ha sido nombrado complejo de Adonis o vigorexia, ya que se manifiesta por la preocupación excesiva de la apariencia física, además de un deterioro de la percepción de la figura.
Los hombres con dismorfia muscular tienen una compulsión por el ejercicio, el cual pueden realizar durante cinco horas diarias sin ser deportistas, aunado a lo anterior alteran su alimentación y distintos aspectos de su vida se ven afectados, uno de ellos, el social.
Incluso presentan conductas nocivas para la salud como hacer constante ejercicio aunque estén lesionados y sin consultar a un médico, además de consumir esteroides anabólicos sin control con el objetivo de aumentar la masa muscular.
Algunos estudios estiman que el 10% de la gente que realiza pesas o está dedicada al fisiculturismo padece dismorfia muscular, donde uno de los problemas relacionados con este padecimiento (que se presenta en personas de 15 a 37 años de edad) es la baja autoestima.