/ miércoles 17 de marzo de 2021

¿Sabes cómo afecta el alcohol a nuestro cuerpo en la edad adulta?

Cerebro, hígado, piel, intestinos y corazón, entre los órganos afectados por beber en exceso

El alcohol está relacionado con la edad de muchas formas, sin embargo beber en exceso puede tener un efecto directo en diferentes órganos del cuerpo y en la salud mental a medida que se envejece, además de algunos efectos indirectos nocivos para la salud.

Una investigación a cargo de especialistas de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, detalla que si la persona encuentra que el alcohol ahora lo afecta de manera muy diferente de cuando era más joven, es porque la forma en que su cuerpo lo procesa es una de las muchas cosas que cambian con la edad, aunque ingerirlo de manera moderada trae beneficios a la salud.

A medida que se envejece el cuerpo tiene menos agua y también se siente menos sed, eso hace que las personas mayores sean más propensas a estar deshidratadas, por lo tanto beber alcohol puede sacar más agua del cuerpo y aumentar aún más sus posibilidades de deshidratación.

También con la edad la piel se vuelve más fina y seca, esto es un proceso natural llamado envejecimiento intrínseco y es algo que no se puede controlar, pero a veces es más rápido debido al entorno y cómo se vive, y es ahí donde entra el alcohol ya que ocasiona la resequedad y deshidratación.

Además de la piel, otros de los órganos afectados por el exceso de alcohol en la edad adulta son el cerebro, el hígado, riñones y los intestinos, haciendo que también envejezcan más rápido.

En el sistema digestivo dificulta la absorción de nutrientes especiales, las vitaminas A, B, D y E; minerales como calcio, magnesio, hierro y zinc; e incluso básicos como proteínas y carbohidratos, el efecto negativo general del alcohol sobre la nutrición significa que los bebedores empedernidos a menudo se desnutrirán.

El consumo excesivo de alcohol durante un tiempo prolongado puede encoger las células cerebrales y provocar daño cerebral relacionado con el alcohol (ARBD) y ciertos tipos de demencia, entre los síntomas incluyen falta de juicio, organización o control emocional, dificultad para mantenerse concentrado y problemas de ira.

También puede afectar la forma en que el cuerpo combate enfermedades potencialmente mortales como la tuberculosis o la neumonía, los investigadores también están estudiando la posibilidad de que la enfermedad hepática alcohólica sea causada, al menos en parte, por el ataque del sistema inmunológico a los tejidos corporales sanos.

El vino tinto tiene antioxidantes llamados polifenoles que pueden ayudar al nivel de colesterol y proteger sus vasos sanguíneos, lo recomendado es un vaso al día, pero en exceso puede provocar latidos cardíacos anormales y presión arterial alta.

El alcohol no solo puede aumentar las probabilidades de enfermarse a medida que se envejece, sino que también puede empeorar los problemas médicos comunes y tener más dificultades con cosas como osteoporosis, diabetes, presión arterial alta, derrames cerebrales, úlceras, pérdida de memoria y ciertos trastornos del estado de ánimo.

Con el tiempo beber excesivo alcohol también puede dañar el cerebelo, el área del cerebro que se encarga del equilibrio y la coordinación lo que puede aumentar las posibilidades de lesiones físicas.

La capacidad de recuperarse de una noche de bebida se reduce después de los 30, así que la moderación es clave, mientras que las personas mayores de 65 años que no toman ningún medicamento no deben tomar en promedio más de un vaso al día.

A todo lo anterior, el alcohol hace que el organismo libere más hormonas del estrés, lo que acelera el proceso de envejecimiento, pero el consumo regular de ligero a moderado (14 a 28 g al día) puede promover la salud del corazón, proteger contra la diabetes tipo II y probablemente prolongar la vida útil en general.

El alcohol está relacionado con la edad de muchas formas, sin embargo beber en exceso puede tener un efecto directo en diferentes órganos del cuerpo y en la salud mental a medida que se envejece, además de algunos efectos indirectos nocivos para la salud.

Una investigación a cargo de especialistas de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, detalla que si la persona encuentra que el alcohol ahora lo afecta de manera muy diferente de cuando era más joven, es porque la forma en que su cuerpo lo procesa es una de las muchas cosas que cambian con la edad, aunque ingerirlo de manera moderada trae beneficios a la salud.

A medida que se envejece el cuerpo tiene menos agua y también se siente menos sed, eso hace que las personas mayores sean más propensas a estar deshidratadas, por lo tanto beber alcohol puede sacar más agua del cuerpo y aumentar aún más sus posibilidades de deshidratación.

También con la edad la piel se vuelve más fina y seca, esto es un proceso natural llamado envejecimiento intrínseco y es algo que no se puede controlar, pero a veces es más rápido debido al entorno y cómo se vive, y es ahí donde entra el alcohol ya que ocasiona la resequedad y deshidratación.

Además de la piel, otros de los órganos afectados por el exceso de alcohol en la edad adulta son el cerebro, el hígado, riñones y los intestinos, haciendo que también envejezcan más rápido.

En el sistema digestivo dificulta la absorción de nutrientes especiales, las vitaminas A, B, D y E; minerales como calcio, magnesio, hierro y zinc; e incluso básicos como proteínas y carbohidratos, el efecto negativo general del alcohol sobre la nutrición significa que los bebedores empedernidos a menudo se desnutrirán.

El consumo excesivo de alcohol durante un tiempo prolongado puede encoger las células cerebrales y provocar daño cerebral relacionado con el alcohol (ARBD) y ciertos tipos de demencia, entre los síntomas incluyen falta de juicio, organización o control emocional, dificultad para mantenerse concentrado y problemas de ira.

También puede afectar la forma en que el cuerpo combate enfermedades potencialmente mortales como la tuberculosis o la neumonía, los investigadores también están estudiando la posibilidad de que la enfermedad hepática alcohólica sea causada, al menos en parte, por el ataque del sistema inmunológico a los tejidos corporales sanos.

El vino tinto tiene antioxidantes llamados polifenoles que pueden ayudar al nivel de colesterol y proteger sus vasos sanguíneos, lo recomendado es un vaso al día, pero en exceso puede provocar latidos cardíacos anormales y presión arterial alta.

El alcohol no solo puede aumentar las probabilidades de enfermarse a medida que se envejece, sino que también puede empeorar los problemas médicos comunes y tener más dificultades con cosas como osteoporosis, diabetes, presión arterial alta, derrames cerebrales, úlceras, pérdida de memoria y ciertos trastornos del estado de ánimo.

Con el tiempo beber excesivo alcohol también puede dañar el cerebelo, el área del cerebro que se encarga del equilibrio y la coordinación lo que puede aumentar las posibilidades de lesiones físicas.

La capacidad de recuperarse de una noche de bebida se reduce después de los 30, así que la moderación es clave, mientras que las personas mayores de 65 años que no toman ningún medicamento no deben tomar en promedio más de un vaso al día.

A todo lo anterior, el alcohol hace que el organismo libere más hormonas del estrés, lo que acelera el proceso de envejecimiento, pero el consumo regular de ligero a moderado (14 a 28 g al día) puede promover la salud del corazón, proteger contra la diabetes tipo II y probablemente prolongar la vida útil en general.

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