/ viernes 8 de enero de 2021

Con Valor Agregado | La asfixia del sector económico

La historia de la pandemia nos ha enseñado a vivir a pesar de ella, a convivir y cuidarnos de la misma todo el tiempo, en el hogar, lugares públicos, transporte público o privado, así como en los lugares donde laboramos.

Estamos convencidos que sobre la salud no hay otra prioridad, que es lo más valioso que tenemos y cuidarla es primordial ante cualquier adversidad, sin embargo, la población en general, los empresarios formales y gobiernos de todos los órdenes, cada vez más extremamos precauciones para evitar contagios, quizá porque ya hemos tenido personas de nuestro primer círculo infectadas, compañeros de trabajo o simplemente conocidos, pero la brecha se acorta para tocar a nuestros seres queridos o a cada uno de nosotros.

Esta pandemia nos ha convertido en seres responsables, somos más quienes usamos cubrebocas, gel antibacterial, nos tomamos temperatura y oxigenación con regularidad, ya sea en el trabajo (que en muchos lugares es obligatorio) o bien al ingresar a comercios o recintos públicos, sabemos que la salud depende de la responsabilidad de cada uno.

También ya fuimos testigos de que un confinamiento reduce los contagios pero genera desempleo, estancamiento económico y en ocasiones hasta desabasto de productos o servicios, el dinamismo económico no puede detenerse, debemos seguir dando pasos firmes, con cautela y responsabilidad sanitaria, porque si se frena la economía tendremos un impacto más severo como sociedad, incluso más fuerte que la pandemia.

Por ello nuestro llamado a las autoridades correspondientes, para que permitan la apertura de todos los sectores económicos, con restricciones de días y horarios de apertura, limitando capacidad de los inmuebles, con las precauciones y normatividad necesaria pero en operación, las familias requieren ingreso para sobrevivir, y para ello la única alternativa sana es el trabajo, por ello, Gobierno del Estado de México y Ayuntamientos, deben hacer un frente común con la sociedad permitiéndoles laborar, cada uno en su giro, pero hacerlo ya.

Se trata de un tema de subsistencia para empresas y empleados, para niños y jóvenes estudiantes, para familias en general, no se debe estrangular más la economía, porque corremos el riesgo que asfixiarla y detonar un caos social de dimensión inimaginable.

Algunos giros llevan más de 10 meses cerrados, no será nada sencillo volver a abrir, quienes lo puedan hacer, porque muchos ya están en cenizas, solo son historia, seamos responsables y empáticos, permitamos las actividades productivas formales, de lo contrario aumentará aún más el comercio informal, el ambulantaje, pero sobre todo los robos y delitos que permitan a las personas subsistir en medio delas dos crisis, la sanitaria y la económica, esta última más grave y duradera.

La historia de la pandemia nos ha enseñado a vivir a pesar de ella, a convivir y cuidarnos de la misma todo el tiempo, en el hogar, lugares públicos, transporte público o privado, así como en los lugares donde laboramos.

Estamos convencidos que sobre la salud no hay otra prioridad, que es lo más valioso que tenemos y cuidarla es primordial ante cualquier adversidad, sin embargo, la población en general, los empresarios formales y gobiernos de todos los órdenes, cada vez más extremamos precauciones para evitar contagios, quizá porque ya hemos tenido personas de nuestro primer círculo infectadas, compañeros de trabajo o simplemente conocidos, pero la brecha se acorta para tocar a nuestros seres queridos o a cada uno de nosotros.

Esta pandemia nos ha convertido en seres responsables, somos más quienes usamos cubrebocas, gel antibacterial, nos tomamos temperatura y oxigenación con regularidad, ya sea en el trabajo (que en muchos lugares es obligatorio) o bien al ingresar a comercios o recintos públicos, sabemos que la salud depende de la responsabilidad de cada uno.

También ya fuimos testigos de que un confinamiento reduce los contagios pero genera desempleo, estancamiento económico y en ocasiones hasta desabasto de productos o servicios, el dinamismo económico no puede detenerse, debemos seguir dando pasos firmes, con cautela y responsabilidad sanitaria, porque si se frena la economía tendremos un impacto más severo como sociedad, incluso más fuerte que la pandemia.

Por ello nuestro llamado a las autoridades correspondientes, para que permitan la apertura de todos los sectores económicos, con restricciones de días y horarios de apertura, limitando capacidad de los inmuebles, con las precauciones y normatividad necesaria pero en operación, las familias requieren ingreso para sobrevivir, y para ello la única alternativa sana es el trabajo, por ello, Gobierno del Estado de México y Ayuntamientos, deben hacer un frente común con la sociedad permitiéndoles laborar, cada uno en su giro, pero hacerlo ya.

Se trata de un tema de subsistencia para empresas y empleados, para niños y jóvenes estudiantes, para familias en general, no se debe estrangular más la economía, porque corremos el riesgo que asfixiarla y detonar un caos social de dimensión inimaginable.

Algunos giros llevan más de 10 meses cerrados, no será nada sencillo volver a abrir, quienes lo puedan hacer, porque muchos ya están en cenizas, solo son historia, seamos responsables y empáticos, permitamos las actividades productivas formales, de lo contrario aumentará aún más el comercio informal, el ambulantaje, pero sobre todo los robos y delitos que permitan a las personas subsistir en medio delas dos crisis, la sanitaria y la económica, esta última más grave y duradera.