/ viernes 22 de diciembre de 2017

Pensamiento Universitario

En días tan especiales, cuando está por terminar el año, en la mayoría de los hogares del mundo se prepara la celebración de dos fechas de gran significado, como son la Navidad, en conmemoración del nacimiento de Jesús, en Belén, y el inicio del 2018, con lo cual se renueva la esperanza de un mejor presente.

Sin duda, debe ser ésta una época de paz, de alegría sana; de amor, afecto y solidaridad, pero también de análisis y reflexión, con respecto a tantas cosas que nos afectan y afectarán nuestro futuro y el de nuestros hijos. Destaca, por ejemplo, la urgente necesidad fortalecer la conciencia ciudadana, de lograr su organización y conjuntar esfuerzos, ante el objetivo de modificar el rumbo de esta sufrida nación, donde hoy predominan los males de todo tipo, por culpa de liderazgos políticos plagados de deficiencias.

Los cambios orientados a sanear la vida pública son absolutamente necesarios, y para lograrlos es indispensable generar una sociedad distinta, con otra mentalidad, comprometida con el progreso y el bienestar común. Atrás debe quedar el estigma de pueblo sumiso, resignado y decadente, y dar lugar a uno combativo, dispuesto a defender sus legítimos intereses, incluso por la vía de enfrentar a tanto gobernante demagogo, derrochador y corrupto, cuyo cinismo y actuar impune constituyen el peor insulto a millones de mexicanos sobreviviendo en la pobreza y marginación.

Según se ha visto, en los últimos años la descomposición en el sector oficial se ha incrementado de manera exponencial, y sus efectos conducen al país hacia situaciones de riesgo que distan mucho de ser evaluados en su completa potencialidad. Con justificada razón la gente está molesta, indignada por el pésimo uso del poder, traducido en los reiterados casos de deshonestidad, nepotismo, ineptitud e impunidad.

Precisamente el año entrante, con motivo de la sustitución de varios cargos, se tendrá la oportunidad de elegir alternativas viables e innovadoras, con credibilidad basada en trayectorias éticas, en el desempeño centrado en el auténtico servicio a la comunidad, sin caer en el engaño de aquellas enfocadas a deformar la legalidad electoral mediante la compra de voluntades, en el afán de posicionar a los típicos productos chatarra, con quienes únicamente se busca conservar los numerosos cotos productivos, derivados de la perpetuación de cacicazgos y nefastos grupos dominantes. La importancia de este proceso es obvia, tomando en cuenta la exigencia de contar con gobiernos legítimos, íntegros y bien preparados, decididos a hacer realidad la transformación social, desde la cual el significado de desarrollo y bienestar se vea reflejado en las condiciones de vida de millones de seres.

Luego entonces, los propósitos de cambio, de superación personal, familiar y del entorno no pueden ser de unos días, y mucho menos motivados por la euforia pasajera, sino perdurables en el 2018 y en los años venideros. A la aspiración de alcanzar un mejor futuro es necesario proporcionarle los apoyos adecuados, de modo que el mensaje supremo se interprete también en términos de contribuir a una democracia basada en la participación ciudadana consciente y responsable, dispuesta a representar el contrapeso efectivo de la casta burocrática arrogante, falsa y de manos sucias.

FELICITACIÓN

A todo el personal de El Sol de Toluca, a la Licenciada Rosa María, y por supuesto a las y los lectores del histórico diario, les deseo una muy feliz Navidad y un año nuevo pleno de salud y logros. Dios mediante, esta columna regresará el viernes 12 de enero.

En días tan especiales, cuando está por terminar el año, en la mayoría de los hogares del mundo se prepara la celebración de dos fechas de gran significado, como son la Navidad, en conmemoración del nacimiento de Jesús, en Belén, y el inicio del 2018, con lo cual se renueva la esperanza de un mejor presente.

Sin duda, debe ser ésta una época de paz, de alegría sana; de amor, afecto y solidaridad, pero también de análisis y reflexión, con respecto a tantas cosas que nos afectan y afectarán nuestro futuro y el de nuestros hijos. Destaca, por ejemplo, la urgente necesidad fortalecer la conciencia ciudadana, de lograr su organización y conjuntar esfuerzos, ante el objetivo de modificar el rumbo de esta sufrida nación, donde hoy predominan los males de todo tipo, por culpa de liderazgos políticos plagados de deficiencias.

Los cambios orientados a sanear la vida pública son absolutamente necesarios, y para lograrlos es indispensable generar una sociedad distinta, con otra mentalidad, comprometida con el progreso y el bienestar común. Atrás debe quedar el estigma de pueblo sumiso, resignado y decadente, y dar lugar a uno combativo, dispuesto a defender sus legítimos intereses, incluso por la vía de enfrentar a tanto gobernante demagogo, derrochador y corrupto, cuyo cinismo y actuar impune constituyen el peor insulto a millones de mexicanos sobreviviendo en la pobreza y marginación.

Según se ha visto, en los últimos años la descomposición en el sector oficial se ha incrementado de manera exponencial, y sus efectos conducen al país hacia situaciones de riesgo que distan mucho de ser evaluados en su completa potencialidad. Con justificada razón la gente está molesta, indignada por el pésimo uso del poder, traducido en los reiterados casos de deshonestidad, nepotismo, ineptitud e impunidad.

Precisamente el año entrante, con motivo de la sustitución de varios cargos, se tendrá la oportunidad de elegir alternativas viables e innovadoras, con credibilidad basada en trayectorias éticas, en el desempeño centrado en el auténtico servicio a la comunidad, sin caer en el engaño de aquellas enfocadas a deformar la legalidad electoral mediante la compra de voluntades, en el afán de posicionar a los típicos productos chatarra, con quienes únicamente se busca conservar los numerosos cotos productivos, derivados de la perpetuación de cacicazgos y nefastos grupos dominantes. La importancia de este proceso es obvia, tomando en cuenta la exigencia de contar con gobiernos legítimos, íntegros y bien preparados, decididos a hacer realidad la transformación social, desde la cual el significado de desarrollo y bienestar se vea reflejado en las condiciones de vida de millones de seres.

Luego entonces, los propósitos de cambio, de superación personal, familiar y del entorno no pueden ser de unos días, y mucho menos motivados por la euforia pasajera, sino perdurables en el 2018 y en los años venideros. A la aspiración de alcanzar un mejor futuro es necesario proporcionarle los apoyos adecuados, de modo que el mensaje supremo se interprete también en términos de contribuir a una democracia basada en la participación ciudadana consciente y responsable, dispuesta a representar el contrapeso efectivo de la casta burocrática arrogante, falsa y de manos sucias.

FELICITACIÓN

A todo el personal de El Sol de Toluca, a la Licenciada Rosa María, y por supuesto a las y los lectores del histórico diario, les deseo una muy feliz Navidad y un año nuevo pleno de salud y logros. Dios mediante, esta columna regresará el viernes 12 de enero.