/ viernes 27 de agosto de 2021

Pensamiento Universitario | Regreso a clases presenciales

Por decisión oficial, el próximo lunes 30 de agosto los espacios educativos de los niveles básicos y de bachillerato volverán a abrir sus aulas, a fin de recibir a niños y adolescentes en el nuevo ciclo escolar, cuyos padres estén de acuerdo con el regreso a las actividades presenciales. El tema ha causado controversia, pues si bien una mayoría considera el retorno ya urgente e indispensable, otras opiniones recomiendan esperar un poco más, hasta garantizar mejores condiciones de seguridad a los estudiantes y al personal docente y administrativo.

Los argumentos en favor destacan las ventajas del aprendizaje en los salones de clase y de las relaciones sociales en la formación integral, así como la necesidad de contrarrestar el impacto negativo que ha tenido el cierre de las escuelas y los meses de aislamiento en el desempeño escolar y en el estado físico y mental de los estudiantes. En general, el trabajo a distancia no ha sido la respuesta idónea, entre otras cosas por lo deficiente y obsoleto del sistema educativo, la falta de capacitación docente en cuanto al manejo de las herramientas tecnológicas, aunado a la difícil situación económica de millones de mexicanos, agudizada por los diversos efectos de la pandemia.

Sin embargo, no pueden ignorarse los últimos reportes de los organismos de salud y de los expertos en la materia, con respecto al actual repunte del Covid – 19 y sus nuevas variantes, reflejado en el alarmante aumento de contagios en el país entre los meses de junio y agosto. Por otra parte, mientras en otros lugares del mundo la vacuna ya se aplica en el rango de edades tempranas, por desgracia aquí la perversidad se arraiga y se muestra de diferentes maneras, por ejemplo, al negar la primera dosis a un alto porcentaje de la población, entre ella la infantil, monopolizar el medicamento e insistir en dar el mal ejemplo al no hacer caso a las recomendaciones sanitarias, con lo cual se contribuye a incrementar las cifras de fallecimientos.

Ante semejante realidad, es obvio que el gobierno no va a cumplir con su responsabilidad de implementar los protocolos sanitarios requeridos, y tampoco tendrá el interés de preparar los escenarios de enseñanza - aprendizaje adecuados, mediante la adaptación de la infraestructura y de los servicios básicos de agua y electricidad, además del equipamiento y la conectividad necesarios. Como la austeridad republicana sólo permite gastar el dinero público en proyectos faraónicos inútiles, derrochar en programas electoreros y en dádivas a las mascotas, los presupuestos no pueden distraerse en asuntos no prioritarios, y mucho menos al gusto de los adversarios “aspiracionistas”.

En consecuencia, la tarea de cuidar a las comunidades escolares y evitar al máximo los focos de contagio se les habrá de asignar a los directivos de los planteles, a los maestros y a madres y padres de familia, quienes incluso ya participan con recursos y faenas en el remozamiento y limpieza de los edificios vandalizados y saqueados, dado su abandono de los últimos meses. Así las cosas, será fundamental evitar riesgos si se acatan las indicaciones, específicamente en lo relativo al uso constante del cubrebocas, en gestionar la vacunación y realizar pruebas; procurar el distanciamiento físico y evitar aglomeraciones; incrementar la ventilación y extremar las condiciones de higiene, personal y de los lugares de uso.

Si se elige el regreso a clases presenciales, es obligado tomar todas las medidas de protección, pues está de por medio la salud y la vida de quienes en el futuro habrán de cambiar para bien el destino de nuestra sufrida nación.

Por decisión oficial, el próximo lunes 30 de agosto los espacios educativos de los niveles básicos y de bachillerato volverán a abrir sus aulas, a fin de recibir a niños y adolescentes en el nuevo ciclo escolar, cuyos padres estén de acuerdo con el regreso a las actividades presenciales. El tema ha causado controversia, pues si bien una mayoría considera el retorno ya urgente e indispensable, otras opiniones recomiendan esperar un poco más, hasta garantizar mejores condiciones de seguridad a los estudiantes y al personal docente y administrativo.

Los argumentos en favor destacan las ventajas del aprendizaje en los salones de clase y de las relaciones sociales en la formación integral, así como la necesidad de contrarrestar el impacto negativo que ha tenido el cierre de las escuelas y los meses de aislamiento en el desempeño escolar y en el estado físico y mental de los estudiantes. En general, el trabajo a distancia no ha sido la respuesta idónea, entre otras cosas por lo deficiente y obsoleto del sistema educativo, la falta de capacitación docente en cuanto al manejo de las herramientas tecnológicas, aunado a la difícil situación económica de millones de mexicanos, agudizada por los diversos efectos de la pandemia.

Sin embargo, no pueden ignorarse los últimos reportes de los organismos de salud y de los expertos en la materia, con respecto al actual repunte del Covid – 19 y sus nuevas variantes, reflejado en el alarmante aumento de contagios en el país entre los meses de junio y agosto. Por otra parte, mientras en otros lugares del mundo la vacuna ya se aplica en el rango de edades tempranas, por desgracia aquí la perversidad se arraiga y se muestra de diferentes maneras, por ejemplo, al negar la primera dosis a un alto porcentaje de la población, entre ella la infantil, monopolizar el medicamento e insistir en dar el mal ejemplo al no hacer caso a las recomendaciones sanitarias, con lo cual se contribuye a incrementar las cifras de fallecimientos.

Ante semejante realidad, es obvio que el gobierno no va a cumplir con su responsabilidad de implementar los protocolos sanitarios requeridos, y tampoco tendrá el interés de preparar los escenarios de enseñanza - aprendizaje adecuados, mediante la adaptación de la infraestructura y de los servicios básicos de agua y electricidad, además del equipamiento y la conectividad necesarios. Como la austeridad republicana sólo permite gastar el dinero público en proyectos faraónicos inútiles, derrochar en programas electoreros y en dádivas a las mascotas, los presupuestos no pueden distraerse en asuntos no prioritarios, y mucho menos al gusto de los adversarios “aspiracionistas”.

En consecuencia, la tarea de cuidar a las comunidades escolares y evitar al máximo los focos de contagio se les habrá de asignar a los directivos de los planteles, a los maestros y a madres y padres de familia, quienes incluso ya participan con recursos y faenas en el remozamiento y limpieza de los edificios vandalizados y saqueados, dado su abandono de los últimos meses. Así las cosas, será fundamental evitar riesgos si se acatan las indicaciones, específicamente en lo relativo al uso constante del cubrebocas, en gestionar la vacunación y realizar pruebas; procurar el distanciamiento físico y evitar aglomeraciones; incrementar la ventilación y extremar las condiciones de higiene, personal y de los lugares de uso.

Si se elige el regreso a clases presenciales, es obligado tomar todas las medidas de protección, pues está de por medio la salud y la vida de quienes en el futuro habrán de cambiar para bien el destino de nuestra sufrida nación.