En tres tiempos:
Antes y no después
Uno
Con un retraso de por lo menos una década, es posible que antes de diciembre de este año sea terminada la construcción de la autopista Toluca-Naucalpan, de 39 kilómetros de cinta asfáltica, que conectará la zona oriente del Estado de México con el Aeropuerto Internacional de Toluca y que hasta hoy lleva un avance del 95 por ciento.
El retraso se debió en parte a la negativa de los comuneros de San Francisco Xochicuautla, en la parte alta de Lerma, de quedar aislados por esta obra de las montañas donde suelen realizar ritos y ceremonias religiosas y a que se siga afectando el entorno, sobre todo un “bosque de agua” que es patrimonio natural de la región.
Como base del acuerdo de los otomíes del Consejo Supremo Indígena con el gobierno estatal, el trazo de la autopista será corregido, se construirán puentes peatonales y otras obras para la defensa del ambiente y se creará un fideicomiso para que una parte del peaje se destine a reforestar y a reparar daños causados por las obras antes de fueran suspendidas.\u0009
¿No habría sido preferible llegar a un acuerdo similar hace 12 años, cuando el proyecto estaba en sus inicios y se esperaba concluirlo en dos años?
Dos
En 2015, debido a la oposición de los comuneros, el gobierno federal expidió un decreto expropiatorio de las tierras en disputa para poder terminar la obra. La compañía constructora Teya, S.A. de C.V., titular del contrato, como los ejidatarios seguían oponiéndose, intentó reanudar los trabajos a rajatabla y logró el apoyo de la fuerza pública para derribar casas de comuneros que bloqueaban el trazo de la autopista, lo cual fue como echarle gasolina al fuego, exacerbó los ánimos de las partes y provocó la suspensión total.
Ante ese aparatoso despliegue, los campesinos buscaron la protección de los tribunales, mediante amparos, para hacer valer sus derechos. La Comisión Nacional de Derechos Humanos y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos conocieron el problema las comunidades afectadas y establecieron un monitoreo permanente sobre el caso.
Parecía que el proyecto iba a trabarse indefinidamente, pero el gobierno estatal reanudó negociaciones con los otomíes y logró que depusieran su oposición mediante la firma de un acuerdo. Total: la autopista será terminada en poco tiempo.
Tres
La experiencia de éste y de otros proyectos similares –como el del tren interurbano México-Toluca− aconseja que la negociación de acuerdos con los afectados, si es necesario, se hagan antes y no después de iniciar las obras.
Sucedió una vez. Sucedió dos veces. Que no suceda siempre.