Rosario Robles, en el ojo del huracán
Por enésima ocasión se coloca al gobierno mexicano en el ojo del huracán: en esta ocasión, no es la oposición, ni los adversarios políticos del presidente Peña, sino una de las instituciones del SNA, la Auditoría Superior de la Federación, la que una vez más denuncia presuntos actos de corrupción cometidos, esta vez por Rosario Robles, la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
En marzo de 2017, el auditor superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez, al rendir su informe de resultados de la Cuenta Pública 2015, dio a conocer que a través de las auditorías practicadas a la Secretaría de Desarrollo Social, entonces a cargo de Rosario Robles, se encontró un probable desvío de recursos cometidos por esa Secretaría, al suscribir convenios con Radio y Televisión Hidalgo y el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social para la realización de determinadas acciones, que finalmente por no tener la capacidad técnica para realizarlas, tuvieron que subcontratar a otras empresas que resultaron inexistentes: empresas fantasmas.
En febrero del presente año, nuevamente la ASF, por voz del encargado del despacho, al dar a conocer los resultados de la Cuenta Pública 2016, informó que desde la Sedatu se firmaron convenios con Televisora de Hermosillo y la Universidad Politécnica de Quintana Roo, las que, al igual que las anteriores, al no tener capacidad técnica para prestar los servicios contratados, tuvieron que subcontratar a empresas que resultaron ser fantasmas, las que transfirieron los recursos a cuentas extranjeras. El presunto quebranto asciende a dos mil 130 millones de pesos.
Entrevistada Rosario Robles por Carlos Loret el pasado jueves 22, en su noticiero matutino, ésta manifestó que la ley lo permite y que no es la única que lo realiza -refiriéndose a los contratos que suscribió con entidades públicas-, afirmando que hay otras dependencias que hacen lo mismo. Lo que Rosario Robles no sabe o pretende ignorar, es que efectivamente la ley permite que las dependencias del gobierno pueden contratar con otras dependencias o entidades la prestación de servicios, sin que haya de por medio una licitación pública, cuando éstas últimas tienen la capacidad técnica para prestar los servicios contratados, que no fue el caso, y menos que subcontraten a otras, incluyendo empresas fantasmas.
A principios de 2013, el presidente Peña defendió en un acto público a Rosario Robles, entonces secretaria de Sedesol, acusada de haber desviado recursos para el PRI en la elección de Veracruz, diciéndole “no te preocupes Rosario” por las críticas que te hagan... Y el candidato Meade, respondiendo a preguntas de reporteros, manifestó que durante su administración al frente de Sedesol se dieron de baja a más de 60 servidores públicos, dando a entender que el motivo fue la suscripción de contratos de dudosa legalidad.
El pasado viernes
23 de febrero, Reforma publicó que funcionarios de Radio y Televisión de Hidalgo habían declarado ante la ASF que “fueron obligados a participar en el presunto desvío de recursos operado desde la Sedesol, cuando su titular era Rosario Robles”. “Los servidores públicos de la televisora hidalguense -precisa el medio- detallaron el esquema de simulación en el que se les ordenó firmar los contratos y dispersar el dinero con empresas y personas físicas con las que nunca tuvieron trato”.
El caso Rosario Robles parecía que había pasado la impronta del tiempo que todo lo olvida; sin embargo, con la nueva información que aporta la ASF y las declaraciones contundentes que hacen empleados de Radio y Televisión Hidalgo, el asunto adquiere dimensiones de un nuevo escándalo de corrupción cometido desde las más altas esferas del poder. Hay voces que demandan que la secretaria de Sedatu renuncie para que sea investigada y sancionada.
¿Qué pasará -se pregunta uno como ciudadano- ante hechos de corrupción tan evidentes? ¿Se moverá por primera vez el Sistema Nacional Anticorrupción? ¿La Secretaría de la Función Pública y la Fiscalía Especializada actuarán? La respuesta parece ser un silencio abrumador.
(romeromisael68@gmail.com)
