/ lunes 23 de octubre de 2017

Rescate Tierra

Elecciones, elecciones, elecciones. Allí empieza el proceso de corrupción de los Estados, Nación o la sanidad de sus instituciones y personas. En 8 meses año 2018, mes de julio, día uno, los mexiquenses votaremos por diputados federales, locales, presidentes municipales, senadores y presidente de la República. Coloquialmente, “echamos toda la carne al asador” con excepción de la elección de gobernador, el cual ha sido electo, Alfredo del Mazo.

Los retos del proceso no son pocos, me dijo Joaquín Rubio, vocal Ejecutivo del INE, “hay una tendencia social a no creer en los políticos y en los servidores públicos”. A no creer en los procesos de elección y pensar que todo es una simulación en donde el partido hegemónico coloca las piezas que le convienen y con ello las instituciones sirven al poder. “Tenemos que motivar a los ciudadanos para que voten, me dijo. Dar certeza de respeto, de legalidad, de confianza, de paz, para que los electores mexiquenses decidan”.

Con el padrón electoral más grande el país, 11 millones 636 mil personas, de las cuales poco más del 50 por ciento salió a votar en la pasada elección y de ellos apenas el 15 por ciento decidió quién sería su gobernador. Es importante eliminar el abstencionismo.

Recuperar la credibilidad en las instituciones, en el gobierno, en las elecciones, en la seguridad, en la educación. El país se convulsiona en el descrédito, ocupamos los primeros lugares de corrupción en el mundo y si hay corrupción en los procesos electorales, tendremos una representación corrupta en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial con lo que el mal se puede enraizar afectando el presente y futuro de México, por lo contrario, hacer procesos limpios, creíbles que provean de representantes no corruptos dará certeza de la transparencia y legalidad en el ejercicio de su encargo. Dejar al INE la responsabilidad de las consecuencias del resultado electoral, no yendo a votar, aceptando dádivas a cambio del sufragio, permitiendo amenazas, fomentando la perversión del proceso y de la jornada, dará continuidad al enrarecimiento del ambiente económico, político y social que ha permitido un híper endeudamiento nacional, el creciente temor social ante la violencia, la existencia de gobernadores y políticos cínicos que roban y presumen lo robado, la pérdida de capacidad de compra y el empobrecimiento de las familias. Aunado a lo anterior, se percibe un escenario de tensión social que amenaza la paz y progreso de México. No creo que la violencia solucione los problemas del país. Hemos llegado a un punto en que parece que desconfiamos de todo y todos. El valor de la palabra, tan confiable antes, fue hecha a un lado por el descrédito, el incumplimiento de las personas, sus dichos y sus acciones. Peleamos por lo que no tenemos y cerramos el paso a quienes pueden hacer que se recobre la confianza. El celo, la codicia, el aferrarse al poder, la poca transparencia y, sobre todo, el cinismo hegemónico que permea en la clase gobernante, no permite cambios de fondo en la política, los políticos, el gobierno y la sociedad.

Pareciera que a la mayoría de los que ejercen el poder, sólo les interesa el poder para ellos, pero no para servir al ser humano. Han olvidado que el pueblo, cuando deja de creer las mentiras de sus líderes, busca el camino de la violencia y ese camino, no le conviene a México. Sigamos el camino de la paz y de la vida, de la honra y el respeto, del amor al hombre.

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Hablando de poder y empoderamiento. Ayer se reunieron las mujeres de WED Woman. Un grupo de damas que busca empoderar responsablemente a las mujeres. Destacando sus virtudes, capacidad de liderazgo, organización, conocimiento, habilidades sociales.

El evento lo presidió Rosario Velasco Lino, líder de WED Woman en el Estado de México y la presidenta internacional de WED Woman, Wendy Diamond. En este cónclave femenino, hubo mujeres de Brasil, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Estados Unidos y Uruguay.