/ jueves 2 de mayo de 2024

Seguridad para personas candidatas

Es derecho de la ciudadanía participar de forma pacífica en los asuntos políticos del país, y es obligación del Estado Mexicano, la renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo mediante elecciones libres, auténticas y periódicas. Así lo establecen los artículos 35 y 41 de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En el mismo tenor, encontramos disposiciones en el marco normativo electoral que señalan que la salvaguarda y cuidado de las boletas electorales se consideran un asunto de seguridad nacional. De esta manera, podemos encontrar numerosas disposiciones dirigidas a salvaguardar la seguridad de todo el proceso electoral.

Ante la proximidad de las elecciones del 2 de junio, vale la pena señalar la importancia de la renovación del poder político en condiciones de paz.

En las últimas elecciones, el tema de violencia que involucra directamente a quienes buscan la candidatura de algún partido o ya ostentan ese carácter, ha captado cada vez más atención mediática, lo que no ha sido ajeno a ser utilizado como arma política.

Es importante dimensionar el problema de violencia política como un fenómeno que ha estado presente en distintas etapas desde el siglo XX, con diferentes intensidades y con la participación de diversos actores y factores, más allá de los estrictamente políticos. También vale la pena recordar que es hasta unos años que se empieza a conceptualizar un mecanismo de protección a personas candidatas.

Fue a partir de 2021 cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó al INE adoptar, en el ámbito de sus competencias, por lo menos seis distintas medidas, como la implementación de protocolos necesarios para crear una política electoral nacional en materia de prevención de factores de riesgo de violencia electoral.

Desde ese proceso electoral, empezamos a ecuchar de convenios, mapas de riesgo e investigaciones en torno a actores políticos que manifiestan estar bajo condiciones de riesgo.

En el Estado de México, el proceso electoral de 2017 dejó cuatro candidatos asesinados, y para la elección de 2021, un total de 23 candidatos solicitaron medidas de protección.

A 32 días de la elección, 31 personas candidatas a diputaciones locales y Ayuntamientos del Estado de México han solicitado medidas de seguridad, las cuales están siendo atendidas por el gobierno de la maestra Delfina Gómez y otras instancias estatales y federales.

Cabe notar que la abrumadora mayoría de solicitudes de protección (9 de cada 10) corresponden a candidatas y candidatos por alcaldías, lo que refleja la necesidad de hacer de la paz de los comicios un asunto también de los gobiernos municipales, y un reclamo de la ciudadanía para ese ámbito de gobierno.

Es derecho de la ciudadanía participar de forma pacífica en los asuntos políticos del país, y es obligación del Estado Mexicano, la renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo mediante elecciones libres, auténticas y periódicas. Así lo establecen los artículos 35 y 41 de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En el mismo tenor, encontramos disposiciones en el marco normativo electoral que señalan que la salvaguarda y cuidado de las boletas electorales se consideran un asunto de seguridad nacional. De esta manera, podemos encontrar numerosas disposiciones dirigidas a salvaguardar la seguridad de todo el proceso electoral.

Ante la proximidad de las elecciones del 2 de junio, vale la pena señalar la importancia de la renovación del poder político en condiciones de paz.

En las últimas elecciones, el tema de violencia que involucra directamente a quienes buscan la candidatura de algún partido o ya ostentan ese carácter, ha captado cada vez más atención mediática, lo que no ha sido ajeno a ser utilizado como arma política.

Es importante dimensionar el problema de violencia política como un fenómeno que ha estado presente en distintas etapas desde el siglo XX, con diferentes intensidades y con la participación de diversos actores y factores, más allá de los estrictamente políticos. También vale la pena recordar que es hasta unos años que se empieza a conceptualizar un mecanismo de protección a personas candidatas.

Fue a partir de 2021 cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó al INE adoptar, en el ámbito de sus competencias, por lo menos seis distintas medidas, como la implementación de protocolos necesarios para crear una política electoral nacional en materia de prevención de factores de riesgo de violencia electoral.

Desde ese proceso electoral, empezamos a ecuchar de convenios, mapas de riesgo e investigaciones en torno a actores políticos que manifiestan estar bajo condiciones de riesgo.

En el Estado de México, el proceso electoral de 2017 dejó cuatro candidatos asesinados, y para la elección de 2021, un total de 23 candidatos solicitaron medidas de protección.

A 32 días de la elección, 31 personas candidatas a diputaciones locales y Ayuntamientos del Estado de México han solicitado medidas de seguridad, las cuales están siendo atendidas por el gobierno de la maestra Delfina Gómez y otras instancias estatales y federales.

Cabe notar que la abrumadora mayoría de solicitudes de protección (9 de cada 10) corresponden a candidatas y candidatos por alcaldías, lo que refleja la necesidad de hacer de la paz de los comicios un asunto también de los gobiernos municipales, y un reclamo de la ciudadanía para ese ámbito de gobierno.