/ jueves 28 de septiembre de 2017

Subrayando

Ante las emergencias presentadas recientemente por los terremotos, las inundaciones y los huracanes, sin duda un preocupación generalizada de la sociedad es la vida humana, y en especial los bebés y niños pequeños, cuya condición los hace más vulnerables que requiere medidas prioritarias y cuidados especiales, debido tanto a sus necesidades y riesgos inmediatos, como a las repercusiones a largo plazo derivadas de las medidas instrumentadas para atenderlos

Los menores más protegidos en cualquier situación de emergencia, son los que están siendo amamantados. La lactancia materna los protege contra los riesgos magnificados por el uso potencial de sucedáneos de la leche materna y de biberones, en circunstancias donde el agua segura escasea o se encuentra contaminada, donde son inexistentes espacios higiénicos y medios adecuados para la preparación, administración y conservación de fórmulas.

Cuando los menores dejan de ser amamantados aumenta el riesgo de infección, desnutrición y muerte: además, estos niños y niñas se encuentran en una etapa crucial de crecimiento y desarrollo acompañada de un estrés nutricional, y exponiéndolos a presentar enfermedades crónicas durante su vida ulterior.

Y acorde con los lineamientos internacionales para la alimentación infantil en emergencias promovidos por la OMS y el UNICEF, se recomienda para los responsables de albergues y centros de acopio:

No solicitar donaciones de fórmulas infantiles, ni biberones. Si ya se recibió alguna donación de leche en polvo para bebés, que no requiere ser proporcionada a los niños, se puede usar en otro tipo de preparaciones como atoles, bebidas y otros alimentos para niños mayores y adultos

Identificar a todas las madres gestantes y a las que estén amamantando con el fin de instruirlas sobre los peligros del uso de fórmulas y sobre las ventajas del amamantamiento durante la emergencia. Así como para brindarles apoyo y orientación para amamantar sin problemas.

Explicar a las madres que el susto no afecta la calidad de la leche materna y que aquellas que han suspendido la lactancia por la angustia y el estrés, si se colocan frecuentemente al bebé, la leche volverá a bajar

A los menores que requieran excepcionalmente de una alimentación artificial, asegurar el acceso a agua potable, utensilios y combustible para la administración de la misma bajo la supervisión médica.

Promover la creación de espacios especiales en los albergues para que las madres gestantes y con hijos menores puedan amamantar, respetando su privacidad.

Proporcionar a las madres que están amamantando raciones adecuadas de alimentos frescos y saludables.

El amamantamiento no se limita a la alimentación, es un vínculo físico, emocional y de equilibrio de salud entre dos seres, por ende es insustituible.

Ante las emergencias presentadas recientemente por los terremotos, las inundaciones y los huracanes, sin duda un preocupación generalizada de la sociedad es la vida humana, y en especial los bebés y niños pequeños, cuya condición los hace más vulnerables que requiere medidas prioritarias y cuidados especiales, debido tanto a sus necesidades y riesgos inmediatos, como a las repercusiones a largo plazo derivadas de las medidas instrumentadas para atenderlos

Los menores más protegidos en cualquier situación de emergencia, son los que están siendo amamantados. La lactancia materna los protege contra los riesgos magnificados por el uso potencial de sucedáneos de la leche materna y de biberones, en circunstancias donde el agua segura escasea o se encuentra contaminada, donde son inexistentes espacios higiénicos y medios adecuados para la preparación, administración y conservación de fórmulas.

Cuando los menores dejan de ser amamantados aumenta el riesgo de infección, desnutrición y muerte: además, estos niños y niñas se encuentran en una etapa crucial de crecimiento y desarrollo acompañada de un estrés nutricional, y exponiéndolos a presentar enfermedades crónicas durante su vida ulterior.

Y acorde con los lineamientos internacionales para la alimentación infantil en emergencias promovidos por la OMS y el UNICEF, se recomienda para los responsables de albergues y centros de acopio:

No solicitar donaciones de fórmulas infantiles, ni biberones. Si ya se recibió alguna donación de leche en polvo para bebés, que no requiere ser proporcionada a los niños, se puede usar en otro tipo de preparaciones como atoles, bebidas y otros alimentos para niños mayores y adultos

Identificar a todas las madres gestantes y a las que estén amamantando con el fin de instruirlas sobre los peligros del uso de fórmulas y sobre las ventajas del amamantamiento durante la emergencia. Así como para brindarles apoyo y orientación para amamantar sin problemas.

Explicar a las madres que el susto no afecta la calidad de la leche materna y que aquellas que han suspendido la lactancia por la angustia y el estrés, si se colocan frecuentemente al bebé, la leche volverá a bajar

A los menores que requieran excepcionalmente de una alimentación artificial, asegurar el acceso a agua potable, utensilios y combustible para la administración de la misma bajo la supervisión médica.

Promover la creación de espacios especiales en los albergues para que las madres gestantes y con hijos menores puedan amamantar, respetando su privacidad.

Proporcionar a las madres que están amamantando raciones adecuadas de alimentos frescos y saludables.

El amamantamiento no se limita a la alimentación, es un vínculo físico, emocional y de equilibrio de salud entre dos seres, por ende es insustituible.