La apuesta educativa del gobierno federal quedó al desnudo con la aprobación de las leyes secundarias en la materia: crear clientelas en lugar de oportunidades; centralizar el poder en lugar de democratizarlo, apostar a la opacidad y la obediencia en lugar de impulsar la transparencia y la libertad.
La regresión educativa que se pactó en Palacio Nacional y se aprobó con los votos de los legisladores de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados es evidente en las tres nuevas leyes y lamentablemente se confirmó en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020, enviado por el Poder Ejecutivo a San Lázaro.
El discurso de apoyo a los más pobres quedará en eso y condenará a las nuevas generaciones a recibir subsidios gubernamentales en lugar de tener un trabajo digno y bien remunerado gracias a una educación pública y gratuita de calidad, pues la rectoría del Estado en materia educativa que otorga la Constitución, se convirtió en moneda de cambio con los aliados electorales del gobierno federal que dejará de asignar plazas docentes con transparencia y respeto al mérito y al esfuerzo del magisterio.
La mayoría oficialista en el Palacio Legislativo de San Lázaro no pudo argumentar ni buena fe durante la discusión de las leyes en materia educativa, pues gracias a los diversos bloqueos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se le juntó con la presentación del Paquete Económico 2020.
A una reforma inconstitucional, centralista y regresiva, habrá que sumar ¿o restar? un presupuesto educativo que, de aprobarse en sus términos, se ejercería a través de 68 programas, 37 de los cuales tendrían recortes en términos reales respecto del PEF 2019, y que elimina los programas para la Inclusión y la Equidad Educativa, Fortalecimiento de la Calidad Educativa, de Reforma Educativa, Prospera y el Nacional de Becas.
Sin importar las afectaciones a madres trabajadoras, ni recomendaciones como las de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre la desaparición del Programa de Estancias Infantiles, el gobierno federal invertirá cero pesos para Educación Inicial, pese a ser obligatoria en nuestra Carta Magna y recorta el 50% al programa de escuelas de Tiempo Completo, que ya este año había sufrido un ajuste similar respecto de 2018.
Si la mayoría lo permite en la cámara baja, se destinarán casi 50% menos recursos al programa nacional de inglés y 97% menos para la expansión de la educación media superior y superior que hoy son obligatorias.
Eso sí, el presupuesto destinado para apoyos a centros y organizaciones de educación crece en 416%, en tanto que las becas Benito Juárez para estudiantes de nivel medio superior y Jóvenes escribiendo el futuro, aumentaron 67 y 80& respectivamente.
En su búsqueda de clientelas, la izquierda mexicana apuesta por las próximas elecciones y no por las nuevas generaciones, condenando a nuestros jóvenes a sobrevivir de apoyos gubernamentales y exponiendo a nuestras maestras y maestros al chantaje de grupos de presión que podrían venir desde el propio gobierno, ante la opacidad de los mecanismos de ingreso, promoción y reconocimiento.
*Diputada Federal mexiquense.
@AnaLiliaHerrera.
