/ sábado 16 de enero de 2021

Reflexiones en textos cortos | Elegir perrear


El reggaetón es un género señalado como indigno, que cosifica a la mujer a partir de letras explícitas relacionadas al acto sexual; a muchos hasta les parece una contradicción que las mujeres bailen las canciones mientras las letras expresan: “Si tu novio no te ma#$% el culo”, “El que él chupa bien rico, ese bowyou. El que ella quiere, el que más desea”.

Por otro lado, canciones como “Fuiste mía” de Gerardo Ortiz despiertan indignación al mostrarse en el video un feminicidio, el contenido audiovisual fue retirado de la plataforma YouTube; al igual que “Ingrata” de Café Tacuba que al final dice: “Por eso ahora tendré que obsequiarte. un par de balazos pa' que te duela y aunque estoy triste por ya no tenerte voy a estar contigo en tu funeral”. Canción prohibida para los originarios de Ciudad Satélite.

¿Por qué no indigna tanto como otros géneros?

Todo género musical está sujeto a un significado, que es asimilado por un grupo específico de personas que lo escucha y lo hace parte de su vida. A través de la música se busca una voz, la de una minoría que es silenciada apartada del resto del pensamiento mayoritario. Buscar una voz en la música es una forma en la que los seres humanos encuentran que no están solos. Hay alguien más que piensa como ellos.

Sin embargo, en medio de la diversidad de pensamiento, las mayorías siempre señalarán a las minorías tratando de corregir conductas o acciones que se consideran peligrosas por el temor a que algo pueda cambiar, para los que “son más”.

Pero el reggaetón parece ser que es señalado y adorado por igual. La canción “me Reclama” de Ozuna tiene más de 70 millones de reproducciones en YouTube, mientras que “Safaera” de Bad Bunny tiene 283 millones de reproducciones. Estos autores de las frases iniciales que mencioné al inicio, son algunos de los que despiertan la curiosidad en el reggaetón.

Regresando a la pregunta sobre por qué este género no indigna tanto a las mujeres, la respuesta se aproxima a la capacidad de elegir, este tipo de letras describen de manera casi explícita el acto sexual sin embargo, en ningún momento hablan de someter u obligar como lo hacen otras canciones que hacen alusión a la violencia directa hacia la mujer.

El reggaetón despierta interés por la atractiva búsqueda constante del placer, el excesivo culto al cuerpo, a la apariencia, a lo que se toca o se ve. Y si hay algo que podríamos criticarle a este género musical es eso, perpetuar la apariencia y no los sentidos individuales en las expresiones o en las interacciones humanas únicas.

El sexo en la música se totaliza, en el acto sexual todas las personas caben porque el placer de los cuerpos se vuelve universal, pero no hay propuesta. Aunque culpar a la música por mostrar lo que las personas piensan o sienten, es ignorar los síntomas del enfermo.


El reggaetón es un género señalado como indigno, que cosifica a la mujer a partir de letras explícitas relacionadas al acto sexual; a muchos hasta les parece una contradicción que las mujeres bailen las canciones mientras las letras expresan: “Si tu novio no te ma#$% el culo”, “El que él chupa bien rico, ese bowyou. El que ella quiere, el que más desea”.

Por otro lado, canciones como “Fuiste mía” de Gerardo Ortiz despiertan indignación al mostrarse en el video un feminicidio, el contenido audiovisual fue retirado de la plataforma YouTube; al igual que “Ingrata” de Café Tacuba que al final dice: “Por eso ahora tendré que obsequiarte. un par de balazos pa' que te duela y aunque estoy triste por ya no tenerte voy a estar contigo en tu funeral”. Canción prohibida para los originarios de Ciudad Satélite.

¿Por qué no indigna tanto como otros géneros?

Todo género musical está sujeto a un significado, que es asimilado por un grupo específico de personas que lo escucha y lo hace parte de su vida. A través de la música se busca una voz, la de una minoría que es silenciada apartada del resto del pensamiento mayoritario. Buscar una voz en la música es una forma en la que los seres humanos encuentran que no están solos. Hay alguien más que piensa como ellos.

Sin embargo, en medio de la diversidad de pensamiento, las mayorías siempre señalarán a las minorías tratando de corregir conductas o acciones que se consideran peligrosas por el temor a que algo pueda cambiar, para los que “son más”.

Pero el reggaetón parece ser que es señalado y adorado por igual. La canción “me Reclama” de Ozuna tiene más de 70 millones de reproducciones en YouTube, mientras que “Safaera” de Bad Bunny tiene 283 millones de reproducciones. Estos autores de las frases iniciales que mencioné al inicio, son algunos de los que despiertan la curiosidad en el reggaetón.

Regresando a la pregunta sobre por qué este género no indigna tanto a las mujeres, la respuesta se aproxima a la capacidad de elegir, este tipo de letras describen de manera casi explícita el acto sexual sin embargo, en ningún momento hablan de someter u obligar como lo hacen otras canciones que hacen alusión a la violencia directa hacia la mujer.

El reggaetón despierta interés por la atractiva búsqueda constante del placer, el excesivo culto al cuerpo, a la apariencia, a lo que se toca o se ve. Y si hay algo que podríamos criticarle a este género musical es eso, perpetuar la apariencia y no los sentidos individuales en las expresiones o en las interacciones humanas únicas.

El sexo en la música se totaliza, en el acto sexual todas las personas caben porque el placer de los cuerpos se vuelve universal, pero no hay propuesta. Aunque culpar a la música por mostrar lo que las personas piensan o sienten, es ignorar los síntomas del enfermo.