/ miércoles 19 de septiembre de 2018

Subrayando


Compañeras diputadas del Estado de México

Perdón, diputadas (de todos los partidos políticos) por llamarles compañeras, de ninguna manera es falta de respeto, al contrario, lo hago con todo el interés de poderles servir en algo, en un campo político por lo que he pasado, aunque ya sé que son épocas diferentes, circunstancias diferentes, que a lo mejor se piensa que no tienen nada que ver con lo actual y que cómo me atrevo a llamar compañeras a mujeres de otros partidos políticos.

Lo hago con reconocimiento a las mujeres que han sido distinguidas de los miles y miles de mujeres del Estado de México, a las mujeres que tienen una oportunidad de servir, de transmitir las inquietudes, la problemática de los mexiquenses, pero sobre todo de entregar resultados para resolverlos.

A las mujeres que están no sólo ocupando un sitio en el Poder Legislativo, a las que no sólo están ahí porque se tenía que cumplir con la cuota de género, sino a las mujeres que viviendo y conociendo lo mucho que hay que mejorar, valientemente se comprometieron a luchar tenazmente usando el poder político para corregirlo y mejorar las condiciones de vida de la mayoría.

A las que conociendo la normatividad básica de la Cámara van a defender su posición y su participación en las somisiones de mayor trascendencia para la toma de decisiones, aunque también participen en las que tradicionalmente se otorgan a las mujeres. No importa, todas las comisiones son básicas, pero hay que trabajar mucho no sólo para conocer su alcance, sino para fortalecerlas y colocarlas en el lugar que más beneficios reciba.

A las mujeres que representan a comunidades, distritos, que esperan mucho, que tienen la esperanza de cambios para bien, que quieren que personalmente estén cerca sus diputados, que les informen de los logros o por qué no se alcanzaron, pero que estén cerca.

Que los inviten al recinto Legislativo de vez en cuanto para ver a su diputada defender, sus causas, que los escuchen, aunque no se pueda tener respuesta inmediata, pero que sientan que la diputada está de su lado, y si no que los oriente para alcanzar respuestas o buscar otra alternativa.

A las compañeras que dignas, informadas, conocedoras de la práctica Legislativa suben a la tribuna responsablemente a cumplir con tarea como legislador, coordinada y apoyada por los compañeros diputados a quienes en su momento tendrán que apoyar.

A todas las compañeras que están seguras de que su actuación Legislativa y hasta personal va a abrir o cerrar las puertas a otras miles y miles de mujeres que merecen ocupar un lugar de poder. Todo, pero todo cuenta, todavía. Para convertirse en obstáculo y pretexto para cerrar las oportunidades a las mujeres de ejercer el poder, pero eso no es pretexto cuando se quiere y se actúa responsablemente.

Vivimos en una época en que la lucha entre mujer y hombre se acabó, ninguno es superior o inferior a otro. Para llegar a esto muchas mujeres lucharon, no despreciemos su esfuerzo porque los obstáculos eran muy grandes, pero abrieron puertas al poder, para servir, para convertir a México en un lugar mejor, ustedes están en ese espacio, no lo desaprovechen.

Y aunque lo que se traten en la mayoría de las sesiones legislativas sean temas importantes para resolver los grandes problemas estatales o del país, participen, pero no olviden que todavía hay muchos asuntos pendientes, que una mujer, niña, ama de casa, adolescente, estudiante, burócrata, profesionista, técnica, obrera, campesina anciana comparten y que no se han resuelto, también hay que considerarlos prioritarios.

Cuando termine el encargo Legislativo, lleguen a sus municipios, a sus colonias con la frente en alto y van a recibir más sonrisas, agradecimientos, comprensión de cada vecino, quienes dirán “ella nos atendió, ella nos sirvió, nos ayudó”, y caminarán con su familia, con lo más importante, la confianza ganada que les dará para siempre, porque lo han obtenido, autoridad moral y satisfacción de haber participado para lograr un México mejor.



Compañeras diputadas del Estado de México

Perdón, diputadas (de todos los partidos políticos) por llamarles compañeras, de ninguna manera es falta de respeto, al contrario, lo hago con todo el interés de poderles servir en algo, en un campo político por lo que he pasado, aunque ya sé que son épocas diferentes, circunstancias diferentes, que a lo mejor se piensa que no tienen nada que ver con lo actual y que cómo me atrevo a llamar compañeras a mujeres de otros partidos políticos.

Lo hago con reconocimiento a las mujeres que han sido distinguidas de los miles y miles de mujeres del Estado de México, a las mujeres que tienen una oportunidad de servir, de transmitir las inquietudes, la problemática de los mexiquenses, pero sobre todo de entregar resultados para resolverlos.

A las mujeres que están no sólo ocupando un sitio en el Poder Legislativo, a las que no sólo están ahí porque se tenía que cumplir con la cuota de género, sino a las mujeres que viviendo y conociendo lo mucho que hay que mejorar, valientemente se comprometieron a luchar tenazmente usando el poder político para corregirlo y mejorar las condiciones de vida de la mayoría.

A las que conociendo la normatividad básica de la Cámara van a defender su posición y su participación en las somisiones de mayor trascendencia para la toma de decisiones, aunque también participen en las que tradicionalmente se otorgan a las mujeres. No importa, todas las comisiones son básicas, pero hay que trabajar mucho no sólo para conocer su alcance, sino para fortalecerlas y colocarlas en el lugar que más beneficios reciba.

A las mujeres que representan a comunidades, distritos, que esperan mucho, que tienen la esperanza de cambios para bien, que quieren que personalmente estén cerca sus diputados, que les informen de los logros o por qué no se alcanzaron, pero que estén cerca.

Que los inviten al recinto Legislativo de vez en cuanto para ver a su diputada defender, sus causas, que los escuchen, aunque no se pueda tener respuesta inmediata, pero que sientan que la diputada está de su lado, y si no que los oriente para alcanzar respuestas o buscar otra alternativa.

A las compañeras que dignas, informadas, conocedoras de la práctica Legislativa suben a la tribuna responsablemente a cumplir con tarea como legislador, coordinada y apoyada por los compañeros diputados a quienes en su momento tendrán que apoyar.

A todas las compañeras que están seguras de que su actuación Legislativa y hasta personal va a abrir o cerrar las puertas a otras miles y miles de mujeres que merecen ocupar un lugar de poder. Todo, pero todo cuenta, todavía. Para convertirse en obstáculo y pretexto para cerrar las oportunidades a las mujeres de ejercer el poder, pero eso no es pretexto cuando se quiere y se actúa responsablemente.

Vivimos en una época en que la lucha entre mujer y hombre se acabó, ninguno es superior o inferior a otro. Para llegar a esto muchas mujeres lucharon, no despreciemos su esfuerzo porque los obstáculos eran muy grandes, pero abrieron puertas al poder, para servir, para convertir a México en un lugar mejor, ustedes están en ese espacio, no lo desaprovechen.

Y aunque lo que se traten en la mayoría de las sesiones legislativas sean temas importantes para resolver los grandes problemas estatales o del país, participen, pero no olviden que todavía hay muchos asuntos pendientes, que una mujer, niña, ama de casa, adolescente, estudiante, burócrata, profesionista, técnica, obrera, campesina anciana comparten y que no se han resuelto, también hay que considerarlos prioritarios.

Cuando termine el encargo Legislativo, lleguen a sus municipios, a sus colonias con la frente en alto y van a recibir más sonrisas, agradecimientos, comprensión de cada vecino, quienes dirán “ella nos atendió, ella nos sirvió, nos ayudó”, y caminarán con su familia, con lo más importante, la confianza ganada que les dará para siempre, porque lo han obtenido, autoridad moral y satisfacción de haber participado para lograr un México mejor.