Los contagios por la pandemia incrementaron exponencialmente, si bien las autoridades han sido apoyado para reactivar la actividad económica y han desarrollado protocolos de convivencia, comercio e interacción; existen espacios de la economía informal que no cumplen con estas características y lejos de beneficiar a la población por acercar productos o servicios, ponen en riesgo lo más preciado que tiene la sociedad: la vida.
Hablar de comercio de alimentos para consumo inmediato en mercados y tianguis, nos lleva a vislumbrar el limitado espacio con que cuentan, los nulos servicios sanitarios, la falta de agua y un lavamanos para poder desinfectar las manos, medida primordial de acuerdo con las disposiciones de la Secretaría de Salud, además del limitado uso de cubrebocas, caretas y limitado gel desinfectante, la mayoría de las veces de producción artesanal que se expende en los mismos lugares, carente de medidas sanitarias y registros de salubridad.
Una vez más el comercio informal cuenta con trato diferenciado respecto a los formales, pero ahora pone en riesgo la salud de los clientes, visitantes e incluso de los habitantes de las colonias donde se asientan temporal o permanentemente, no perdamos de vista que la mayoría de tianguis usan la vía pública como espacio de comercio.
Imagine usted, un desayuno o comida compartiendo mesa con personas desconocidas, evidentemente sin cubrebocas, puesto que están ingiriendo alimentos, ganando espacio en la mesa a través del contacto físico, para mantener un lugar donde sentarse o donde colocar el plato, en el mejor de los casos, compartiendo saleros, cucharas para salsa o botellas de aderezos, cada uno tomándolo en mano propia, sin medida sanitaria alguna.
No es sorpresivo que las listas de las colonias con mayor número de contagios que los diferentes niveles de gobierno emiten, coincidan con las que tienen tianguis con grandes conglomeraciones, son las que tienen focos de contagio latente y en aumento.
Sabemos que ese tipo de comercio ha ganado su espacio a través del tiempo y que las propias colonias respaldan; sin embargo, las autoridades deben ser igual de estrictos que con el comercio formal, se trata de la preservación de la salud y la vida humana, así como generar conciencia en las colonias y municipios específicos para evitar que sus habitantes confluyan desmedidamente a estos recintos ambulantes.
Si bien los gobiernos y laboratorios internacionales están trabajando en una o varias posibles vacunas, su llegada a toda la población tardará varios meses, difícilmente siendo en este año, y ante los crecientes contagios y en consecuencia defunciones, la sociedad no puede relajar las medidas sanitarias ni exponerse innecesariamente, promovemos que la reactivación económica se dé ordenada y rápidamente, pero bajo un estricto control sanitario que garantice, en lo posible, la salud de los mexiquenses.