/ lunes 30 de noviembre de 2020

Contexto | El mañana no existe más 

Y sí, en este tiempo nuestra idea del tiempo ha cambiado.

Hoy, dar tiempo al tiempo es hacer todo a destiempo.

Hoy, el mañana ya no existe.

Se nos están yendo los tiempos para volver a soñar nuestros propios sueños.

El ayer nos suena como lejano y el hoy parece no pertenecernos.

Es nuestra circunstancia: es el miedo o la burla a la pandemia, pero nadie se salva, ni de aquí ni de allá.

El tiempo nos ha cambiado y nos ha cambiado el tiempo. Ya nadie es indiferente. Las horas y los días se van o se los lleva el viento.

Y en ocasiones parece que todo lo posponemos. Pero ya no hay mañana que valga ni ayer que se recuerde.

Las palabras parecen adquirir otros sentidos y los amores, ay el amor, ya no se pueden posponer. Porque para el amor ya no hay tiempo. Porque el amor pospuesto es siempre sufrimiento y duele tanto, sobre todo, en estos tiempos.

Por eso es que el tiempo ya ha cambiado. ¿Será para siempre? No lo sé, pero sí que este tiempo perdurara hasta el final de nuestro tiempo del tuyo, del mío, del de todos.

El de todos y hoy más que nunca.

Por eso hoy hay que decir que amamos y que amamos siempre porque en el mañana, tal vez, las palabras ya no suenen ni las escuche quien ya está ausente.

¿Quedarnos mudos? ¿Para qué? Cuando hoy hay que levantar la voz por todos los silencios que se imponen.

Y sí, en este tiempo nuestra idea del tiempo ha cambiado.

Hoy, dar tiempo al tiempo es hacer todo a destiempo.

Y en ello se puede hasta ir la vida a otros tiempos en los que ya ni el tiempo, ni el recuerdo existen para darle sentido a nuestros tiempos.

Ayer, por ejemplo, tome la mano de un niño, bese a la mujer que amo, ayude a un anciano, le di de comer a un perro, corte una flor, mire al cielo, me quise comer a la luna y viajar a una estrella, leí un libro, jugué con mi hijo como para decirle que lo extraño y bebí un vino como para olvidar mi destino.

…y es que en estos tiempos, la vida parece jugar un juego que no entiendo.

Hoy, solo quisiera salir a decir a todos el amor que siento pues ya no se sabe si tendré tiempo. Y leo y me dicen que ya no está ni mi padre, ni madre y tal vez tampoco la mujer a la que yo ame.

Si, en esta pandemia son muchas las ausencias y los vacíos que nos ha dejado este tiempo.

Mañana, tal vez, me pondré las pantuflas que me llegaran con el tiempo y entonces mis pies calientes estarán atentos a caminar a tiempo para ir a donde me lleve, porque no, el viento.

Pero el mañana ya no existe en estos tiempos porque es un olvido que nos imponen los momentos.

Solo basta el hoy simplemente para estar a tiempo, en la vida, en el amor, en el deseo, en la pasión, en el abrazo, en el beso, en el amor fraterno del que queda tan poco en estos tiempos.

…y si miras con tiempo sabrás que ya no nos queda tiempo…y no es ir contra el tiempo sino saber hacer simplemente las cosas a tiempo…

…porque en estos tiempos, en la vida-muerte del tiempo ya todo está a destiempo y tal vez por eso nunca llegue el mañana a tiempo.

Y sí, en este tiempo nuestra idea del tiempo ha cambiado.

Hoy, dar tiempo al tiempo es hacer todo a destiempo.

Hoy, el mañana ya no existe.

Se nos están yendo los tiempos para volver a soñar nuestros propios sueños.

El ayer nos suena como lejano y el hoy parece no pertenecernos.

Es nuestra circunstancia: es el miedo o la burla a la pandemia, pero nadie se salva, ni de aquí ni de allá.

El tiempo nos ha cambiado y nos ha cambiado el tiempo. Ya nadie es indiferente. Las horas y los días se van o se los lleva el viento.

Y en ocasiones parece que todo lo posponemos. Pero ya no hay mañana que valga ni ayer que se recuerde.

Las palabras parecen adquirir otros sentidos y los amores, ay el amor, ya no se pueden posponer. Porque para el amor ya no hay tiempo. Porque el amor pospuesto es siempre sufrimiento y duele tanto, sobre todo, en estos tiempos.

Por eso es que el tiempo ya ha cambiado. ¿Será para siempre? No lo sé, pero sí que este tiempo perdurara hasta el final de nuestro tiempo del tuyo, del mío, del de todos.

El de todos y hoy más que nunca.

Por eso hoy hay que decir que amamos y que amamos siempre porque en el mañana, tal vez, las palabras ya no suenen ni las escuche quien ya está ausente.

¿Quedarnos mudos? ¿Para qué? Cuando hoy hay que levantar la voz por todos los silencios que se imponen.

Y sí, en este tiempo nuestra idea del tiempo ha cambiado.

Hoy, dar tiempo al tiempo es hacer todo a destiempo.

Y en ello se puede hasta ir la vida a otros tiempos en los que ya ni el tiempo, ni el recuerdo existen para darle sentido a nuestros tiempos.

Ayer, por ejemplo, tome la mano de un niño, bese a la mujer que amo, ayude a un anciano, le di de comer a un perro, corte una flor, mire al cielo, me quise comer a la luna y viajar a una estrella, leí un libro, jugué con mi hijo como para decirle que lo extraño y bebí un vino como para olvidar mi destino.

…y es que en estos tiempos, la vida parece jugar un juego que no entiendo.

Hoy, solo quisiera salir a decir a todos el amor que siento pues ya no se sabe si tendré tiempo. Y leo y me dicen que ya no está ni mi padre, ni madre y tal vez tampoco la mujer a la que yo ame.

Si, en esta pandemia son muchas las ausencias y los vacíos que nos ha dejado este tiempo.

Mañana, tal vez, me pondré las pantuflas que me llegaran con el tiempo y entonces mis pies calientes estarán atentos a caminar a tiempo para ir a donde me lleve, porque no, el viento.

Pero el mañana ya no existe en estos tiempos porque es un olvido que nos imponen los momentos.

Solo basta el hoy simplemente para estar a tiempo, en la vida, en el amor, en el deseo, en la pasión, en el abrazo, en el beso, en el amor fraterno del que queda tan poco en estos tiempos.

…y si miras con tiempo sabrás que ya no nos queda tiempo…y no es ir contra el tiempo sino saber hacer simplemente las cosas a tiempo…

…porque en estos tiempos, en la vida-muerte del tiempo ya todo está a destiempo y tal vez por eso nunca llegue el mañana a tiempo.