/ lunes 28 de junio de 2021

Contexto | Todo parece diferente, pero todo sigue igual aunque peor 

Raúl es un asiduo lector de periódicos, un aficionado a los noticieros mañaneros y nocturnos de los cuales se aburría de tiempo en tiempo por la eterna repetición de las noticias una y otra vez en los mismos espacios todo el tiempo como si hubieran sido de hoy. Veía los lunes repetidas las noticias del viernes, del sábado o del domingo como si acabaran de suceder…era como traer el pasado inmediato al presente o sea, quien los vea tendrá la impresión de vivir como en tiempos simultáneos. O sea la confusión total para la audiencia sobre lo inmediato y lo pasado. En ocasiones veía el programa de La Mañanera, animado y conducido por el Presidente de su país, y que cada vez incluía nuevas secciones como la de quien es quien en los precios, el quien es quien de las noticias o las secciones de preguntas y respuestas y hasta la sección de humor con dichos y frases ocurrentes para placer de la tribuna. Un programa que está siendo la expresión más acabada de la política como espectáculo y esa tendencia de los políticos de su país y esa necesidad de hablar de manera irrefrenable de todo y a todas horas.


Pues a Raúl el ver la realidad a través de los medios le resultaba cada vez más extraña pues el solo hecho de salir a la calle, conversar con quienes no estaban al tanto de las noticias le daba la imprevisión de vivir en una realidad diferente.

Y tal vez así es.

Cada vez en las calles de prácticamente todo su país se veía más la pobreza a flor de calle, cada vez más niños y jóvenes en las esquinas, cada vez más mujeres de origen indígena deambulando en busca de ingreso, cada vez los conductores más violentos, cada vez más hombres hurgando en la basura por productos y no sabía si por hambre o por obtener productos para reciclarlos, cada vez también, veía también a otros salir a las calles y llenar bares en busca de las bebidas que no habían ingerido por la pandemia, en restaurantes en busca de consumidores y consumidores en busca de productos como símbolo de acceso a la libertad.

Las sociedades, pensaba Raúl, no han cambiado después de la pandemia. Nadie quiso renunciar ni cambiar los modos de vida, los trabajos seguían igual, las relaciones seguían igual, los amores seguían igual, los modos de consumo seguían igual, el poco respeto a la naturaleza seguía igual, …todos preferían seguir igual que antes…nadie estuvo dispuesto a cambiar las maneras de hacer la vida…solo había cambiado su actitud ante la muerte y los muertos para hacerse más indiferente porque quien lograba sobrevivir se sentía eso sobreviviente…y lo había con todos los que habían perdido a una madre, a un padre, aun esposo, a un hermano, a una amante…el sentimiento de soledad que antes se sentía ahora se sustituye por el sentimiento de sobrevivencia y de conformidad interior inexplicable.

La realidad se presentaba dura y según las noticias la violencia se estaba multiplicando mientras los gobiernos lo negaban. Al ver las imágenes de la masacre de Reynosa no entendía porque nadie se atrevía a llamarlo acto terrorista y casi casi se reducían a llamarlos como efectos colaterales de la guerra por la plaza entre carteles de la droga, no se explicaba porque el de las consignas triunfalistas de los partidos, pocos denuncian claramente el protagonismo cada vez más creciente de las fuerzas militares como si se desconociera la historia de su país y como se toleraba desde el poder la expansión de los grupos del narcotráfico sin enfrentarlos.

En fin, Raúl veía, a la realidad política y social del país movida entre el cinismo y el espectáculo de todos sus actores sociales y políticos. Hechos, que con el paso del tiempo, solo hablaran de lo ridículo de estos tiempos.

Todo quiere padecer diferente, pero todo sigue igual…pero peor.

Una visión pesimista, tal vez pensaba, pero no sabría si más cerca de su propia realidad.



Correo: contextotoluca@gmail.com

Raúl es un asiduo lector de periódicos, un aficionado a los noticieros mañaneros y nocturnos de los cuales se aburría de tiempo en tiempo por la eterna repetición de las noticias una y otra vez en los mismos espacios todo el tiempo como si hubieran sido de hoy. Veía los lunes repetidas las noticias del viernes, del sábado o del domingo como si acabaran de suceder…era como traer el pasado inmediato al presente o sea, quien los vea tendrá la impresión de vivir como en tiempos simultáneos. O sea la confusión total para la audiencia sobre lo inmediato y lo pasado. En ocasiones veía el programa de La Mañanera, animado y conducido por el Presidente de su país, y que cada vez incluía nuevas secciones como la de quien es quien en los precios, el quien es quien de las noticias o las secciones de preguntas y respuestas y hasta la sección de humor con dichos y frases ocurrentes para placer de la tribuna. Un programa que está siendo la expresión más acabada de la política como espectáculo y esa tendencia de los políticos de su país y esa necesidad de hablar de manera irrefrenable de todo y a todas horas.


Pues a Raúl el ver la realidad a través de los medios le resultaba cada vez más extraña pues el solo hecho de salir a la calle, conversar con quienes no estaban al tanto de las noticias le daba la imprevisión de vivir en una realidad diferente.

Y tal vez así es.

Cada vez en las calles de prácticamente todo su país se veía más la pobreza a flor de calle, cada vez más niños y jóvenes en las esquinas, cada vez más mujeres de origen indígena deambulando en busca de ingreso, cada vez los conductores más violentos, cada vez más hombres hurgando en la basura por productos y no sabía si por hambre o por obtener productos para reciclarlos, cada vez también, veía también a otros salir a las calles y llenar bares en busca de las bebidas que no habían ingerido por la pandemia, en restaurantes en busca de consumidores y consumidores en busca de productos como símbolo de acceso a la libertad.

Las sociedades, pensaba Raúl, no han cambiado después de la pandemia. Nadie quiso renunciar ni cambiar los modos de vida, los trabajos seguían igual, las relaciones seguían igual, los amores seguían igual, los modos de consumo seguían igual, el poco respeto a la naturaleza seguía igual, …todos preferían seguir igual que antes…nadie estuvo dispuesto a cambiar las maneras de hacer la vida…solo había cambiado su actitud ante la muerte y los muertos para hacerse más indiferente porque quien lograba sobrevivir se sentía eso sobreviviente…y lo había con todos los que habían perdido a una madre, a un padre, aun esposo, a un hermano, a una amante…el sentimiento de soledad que antes se sentía ahora se sustituye por el sentimiento de sobrevivencia y de conformidad interior inexplicable.

La realidad se presentaba dura y según las noticias la violencia se estaba multiplicando mientras los gobiernos lo negaban. Al ver las imágenes de la masacre de Reynosa no entendía porque nadie se atrevía a llamarlo acto terrorista y casi casi se reducían a llamarlos como efectos colaterales de la guerra por la plaza entre carteles de la droga, no se explicaba porque el de las consignas triunfalistas de los partidos, pocos denuncian claramente el protagonismo cada vez más creciente de las fuerzas militares como si se desconociera la historia de su país y como se toleraba desde el poder la expansión de los grupos del narcotráfico sin enfrentarlos.

En fin, Raúl veía, a la realidad política y social del país movida entre el cinismo y el espectáculo de todos sus actores sociales y políticos. Hechos, que con el paso del tiempo, solo hablaran de lo ridículo de estos tiempos.

Todo quiere padecer diferente, pero todo sigue igual…pero peor.

Una visión pesimista, tal vez pensaba, pero no sabría si más cerca de su propia realidad.



Correo: contextotoluca@gmail.com