/ viernes 28 de julio de 2023

Pensamiento Universitario | Ayuntamientos ineficientes

En la vida de una sociedad el municipio es un espacio primario, cuyo desarrollo debiera llevarse a cabo en las mejores condiciones de sustentabilidad.

Sin embargo, en la generalidad de los casos esto no ocurre, y en cambio se padecen administraciones mediocres y de honestidad cuestionable, saturadas de una burocracia carente de profesionalismo y enemistada con lo digno del servicio público.

Evidencia de esto se tiene en nuestra entidad, donde, según diversos reportes, entre ellos los de la propia Contraloría del Poder Legislativo, en un gran número de ayuntamientos se han creado escenarios bastante adversos, a consecuencia de la falta de preparación y compromiso del personal directivo, de las formas inadecuadas de ejercer los recursos, de la ineptitud recaudatoria y de la mala costumbre de recurrir al endeudamiento. Asimismo, predomina lo excesivo del gasto corriente, la carencia de procesos innovadores, de un marco legal actualizado y del consenso y colaboración de los sectores público y privado.

En resumen, la mayoría de los gobiernos de esta instancia no muestran la habilidad necesaria para enfrentar los retos planteados, cuya frecuencia y magnitud tienden a incrementarse día con día. Así, cuando la realidad los alcanza y no se ven los resultados deseados, la credibilidad se pierde y la palabra empeñada se deshonra, al no tener la capacidad de fortalecer la base financiera con la cual impulsar el progreso y mejorar las condiciones de bienestar de los habitantes.

La sufrida Toluca no es la excepción, pues también enfrenta el problema de la insuficiencia económica, y por eso las carencias se han intensificado, como lo muestran, entre muchas otras, la alarmante inseguridad, lo pésimo de los servicios básicos y la destrucción de calles y carreteras. Una estrategia obvia sería diseñar y aplicar medidas efectivas, encauzadas a perfeccionar la tarea recaudatoria en el cobro de impuestos y derechos, en la fiscalización y en el ingreso de multas aplicadas a los diversos infractores.

Con base en una adecuada verificación del cumplimiento de la normatividad vigente, algunos de los factores susceptibles de incrementar el erario municipal son el agua y el predial, el ordenamiento del crecimiento urbano, la regularización del comercio informal, el cuidado del medio ambiente y las sanciones mayores a tanto cavernícola al volante, obsesionados en sembrar el terror entre la población, y de paso burlarse de esas figuras decorativas disfrazas de autoridad vial.

Sin embargo, las inteligentes decisiones oficiales van en otro sentido, y desde el inicio de este año se orientan a ganar dinero mediante un programa de instalación de los llamados parquímetros virtuales. Pero los tiempos han cambiado, y la respuesta a la perjudicial imposición ha sido el rechazo de un elevado número de vecinos, en particular de las colonias Francisco Murguía, Universidad, Las Américas, Altamirano, La Merced y San Bernardino, quienes, conforme a lo publicado en este diario, no solo han evitado la instalación de los aparatos, sino hablan incluso de ampararse y hasta de interponer la denuncia penal respectiva en la Fiscalía General de Justicia mexiquense.

Sin duda, es obligado oponerse a este tipo de absurdos, con el apoyo de una conciencia ciudadana de participación, dispuesta a dejar atrás la apatía, hacer valer sus derechos y pasar a la etapa de la acción organizada. Una población defensora de su entorno no puede quedar en calidad de simple espectador, ante el capricho de liderazgos ineptos y prepotentes.

Ingeniero civil, profesor de tiempo completo en la UAEM.

juancuencadiaz@hotmail.com

En la vida de una sociedad el municipio es un espacio primario, cuyo desarrollo debiera llevarse a cabo en las mejores condiciones de sustentabilidad.

Sin embargo, en la generalidad de los casos esto no ocurre, y en cambio se padecen administraciones mediocres y de honestidad cuestionable, saturadas de una burocracia carente de profesionalismo y enemistada con lo digno del servicio público.

Evidencia de esto se tiene en nuestra entidad, donde, según diversos reportes, entre ellos los de la propia Contraloría del Poder Legislativo, en un gran número de ayuntamientos se han creado escenarios bastante adversos, a consecuencia de la falta de preparación y compromiso del personal directivo, de las formas inadecuadas de ejercer los recursos, de la ineptitud recaudatoria y de la mala costumbre de recurrir al endeudamiento. Asimismo, predomina lo excesivo del gasto corriente, la carencia de procesos innovadores, de un marco legal actualizado y del consenso y colaboración de los sectores público y privado.

En resumen, la mayoría de los gobiernos de esta instancia no muestran la habilidad necesaria para enfrentar los retos planteados, cuya frecuencia y magnitud tienden a incrementarse día con día. Así, cuando la realidad los alcanza y no se ven los resultados deseados, la credibilidad se pierde y la palabra empeñada se deshonra, al no tener la capacidad de fortalecer la base financiera con la cual impulsar el progreso y mejorar las condiciones de bienestar de los habitantes.

La sufrida Toluca no es la excepción, pues también enfrenta el problema de la insuficiencia económica, y por eso las carencias se han intensificado, como lo muestran, entre muchas otras, la alarmante inseguridad, lo pésimo de los servicios básicos y la destrucción de calles y carreteras. Una estrategia obvia sería diseñar y aplicar medidas efectivas, encauzadas a perfeccionar la tarea recaudatoria en el cobro de impuestos y derechos, en la fiscalización y en el ingreso de multas aplicadas a los diversos infractores.

Con base en una adecuada verificación del cumplimiento de la normatividad vigente, algunos de los factores susceptibles de incrementar el erario municipal son el agua y el predial, el ordenamiento del crecimiento urbano, la regularización del comercio informal, el cuidado del medio ambiente y las sanciones mayores a tanto cavernícola al volante, obsesionados en sembrar el terror entre la población, y de paso burlarse de esas figuras decorativas disfrazas de autoridad vial.

Sin embargo, las inteligentes decisiones oficiales van en otro sentido, y desde el inicio de este año se orientan a ganar dinero mediante un programa de instalación de los llamados parquímetros virtuales. Pero los tiempos han cambiado, y la respuesta a la perjudicial imposición ha sido el rechazo de un elevado número de vecinos, en particular de las colonias Francisco Murguía, Universidad, Las Américas, Altamirano, La Merced y San Bernardino, quienes, conforme a lo publicado en este diario, no solo han evitado la instalación de los aparatos, sino hablan incluso de ampararse y hasta de interponer la denuncia penal respectiva en la Fiscalía General de Justicia mexiquense.

Sin duda, es obligado oponerse a este tipo de absurdos, con el apoyo de una conciencia ciudadana de participación, dispuesta a dejar atrás la apatía, hacer valer sus derechos y pasar a la etapa de la acción organizada. Una población defensora de su entorno no puede quedar en calidad de simple espectador, ante el capricho de liderazgos ineptos y prepotentes.

Ingeniero civil, profesor de tiempo completo en la UAEM.

juancuencadiaz@hotmail.com