/ jueves 2 de mayo de 2019

Pesos y contrapesos


El Reto de la Seguridad en el Ciberespacio

Necesario proteger a los cibernautas en ciberacoso, ciberbullying, fraudes cibernéticos y acoso sexual.

En los últimos años, el número de internautas y el porcentaje de hogares con acceso a Internet en México se ha incrementado rápidamente. La penetración del servicio ha aumentado considerablemente, pasando de 12.8 millones de usuarios en 2004 a 74.3 millones en 2018, lo que significa que el 65.1 por ciento de la población de seis años o más en México es usuaria de Internet, lo que representó un avance de 4.2 puntos porcentuales con respecto a 71.3 millones reportados en 2017, según revelan los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), realizada por el INEGI.

Desafortunadamente, el rápido aumento de la conectividad no ha sido acompañado de una política integral que garantice la protección de los derechos de los usuarios, la protección de la información y la seguridad nacional.

En los últimos años, el dinamismo observado por el desarrollo de las tecnologías de la información ha abierto nuevos frentes para la defensa de los derechos humanos y de los países. Esto es así porque el problema de la seguridad en el ciberespacio (ciberseguridad) es multidimensional. En un primer plano se encuentra la actividad relacionada con el ciberactivismo político, donde la frontera entre la libertad de expresión y lo permisible es muy tenue, pero que requiere un tratamiento distinto porque los daños potenciales son mínimos y meramente políticos. En un segundo plano, ubicamos la ciber actividad relacionada con la comisión de delitos, la cual se encuentra tipificada de manera incipiente en la codificación penal y de seguridad pública. Y en un tercer plano, se haya la ciber actividad que impacta en la seguridad nacional, poniendo en riesgo la información e instalaciones consideradas de seguridad nacional, la cual carece de un marco jurídico adecuado en nuestro país.

El Índice Global de Ciberseguridad 2017 (Global Cybersecurity Index) de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ubicó a México en el lugar 28 del ranking mundial, y en el tercero de américa asignándole 0.660 puntos de 1000. Empero, en 2018 caímos al lugar 63, el cuarto lugar en el continente, con 0.629 puntos, muy lejos de los estándares de nuestros principales socios comerciales, los Estados Unidos, que ocupan el segundo lugar y Canadá que ocupa el noveno lugar.

Garantizar la seguridad de los usuarios y del Estado en el ciberespacio se ha convertido en un objetivo prioritario en las agendas de la mayoría de los gobiernos, ya que puede afectar los derechos de los cibernautas en cuestiones tales como ciberacoso, ciberbullying, fraudes cibernéticos, acoso sexual, extorsión a las empresas mediante el secuestro, por ejemplo, de su contabilidad, y afectaciones a la Seguridad Nacional.

En este sentido, la protección del ciberespacio es un nuevo campo que requiere ser defendido y que incluso ya ha sido área de confrontaciones entre países.

Por tales razones, es indispensable construir una Estrategia Nacional de Ciberseguridad, semejante a la de otros países, que incluya un fuerte marco jurídico; promover buenas prácticas; formar especialistas; colaborar con la iniciativa privada; y vigorizar la ciber defensa.


El Reto de la Seguridad en el Ciberespacio

Necesario proteger a los cibernautas en ciberacoso, ciberbullying, fraudes cibernéticos y acoso sexual.

En los últimos años, el número de internautas y el porcentaje de hogares con acceso a Internet en México se ha incrementado rápidamente. La penetración del servicio ha aumentado considerablemente, pasando de 12.8 millones de usuarios en 2004 a 74.3 millones en 2018, lo que significa que el 65.1 por ciento de la población de seis años o más en México es usuaria de Internet, lo que representó un avance de 4.2 puntos porcentuales con respecto a 71.3 millones reportados en 2017, según revelan los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), realizada por el INEGI.

Desafortunadamente, el rápido aumento de la conectividad no ha sido acompañado de una política integral que garantice la protección de los derechos de los usuarios, la protección de la información y la seguridad nacional.

En los últimos años, el dinamismo observado por el desarrollo de las tecnologías de la información ha abierto nuevos frentes para la defensa de los derechos humanos y de los países. Esto es así porque el problema de la seguridad en el ciberespacio (ciberseguridad) es multidimensional. En un primer plano se encuentra la actividad relacionada con el ciberactivismo político, donde la frontera entre la libertad de expresión y lo permisible es muy tenue, pero que requiere un tratamiento distinto porque los daños potenciales son mínimos y meramente políticos. En un segundo plano, ubicamos la ciber actividad relacionada con la comisión de delitos, la cual se encuentra tipificada de manera incipiente en la codificación penal y de seguridad pública. Y en un tercer plano, se haya la ciber actividad que impacta en la seguridad nacional, poniendo en riesgo la información e instalaciones consideradas de seguridad nacional, la cual carece de un marco jurídico adecuado en nuestro país.

El Índice Global de Ciberseguridad 2017 (Global Cybersecurity Index) de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ubicó a México en el lugar 28 del ranking mundial, y en el tercero de américa asignándole 0.660 puntos de 1000. Empero, en 2018 caímos al lugar 63, el cuarto lugar en el continente, con 0.629 puntos, muy lejos de los estándares de nuestros principales socios comerciales, los Estados Unidos, que ocupan el segundo lugar y Canadá que ocupa el noveno lugar.

Garantizar la seguridad de los usuarios y del Estado en el ciberespacio se ha convertido en un objetivo prioritario en las agendas de la mayoría de los gobiernos, ya que puede afectar los derechos de los cibernautas en cuestiones tales como ciberacoso, ciberbullying, fraudes cibernéticos, acoso sexual, extorsión a las empresas mediante el secuestro, por ejemplo, de su contabilidad, y afectaciones a la Seguridad Nacional.

En este sentido, la protección del ciberespacio es un nuevo campo que requiere ser defendido y que incluso ya ha sido área de confrontaciones entre países.

Por tales razones, es indispensable construir una Estrategia Nacional de Ciberseguridad, semejante a la de otros países, que incluya un fuerte marco jurídico; promover buenas prácticas; formar especialistas; colaborar con la iniciativa privada; y vigorizar la ciber defensa.

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