/ lunes 24 de enero de 2022

Reflexiones en Textos Cortos | El significado de un futuro sin hijos


En alguna otra ocasión ya había expuesto mi reflexión sobre el significado de los hijos para las nuevas generaciones. Sin embargo, la posibilidad de tenerlos o no, no sólo depende de voluntades y deseos simplones entre las parejas. El entorno social siempre ejerce una presión, constituye una oportunidad para algunos o para otros resulta un obstáculo para la auto realización.

Hace algunos días me preguntaba quiénes son los que desean tener hijos y además no consideran ningún inconveniente en poderlos mantener. Ser millonario trae consigo otra serie de preocupaciones entorno al tener hijos, el factor económico no constituye un problema, nacen con todas las satisfacciones primarias otorgadas, y hay espacio para caprichos y deseos extraños para el resto de la población. La mentalidad del hijo de un millonario no sólo estará en garantizar la continuidad de su riqueza, si no también de hacerse de los mecanismos propios de diferencia frente a los que carecen. Ellos necesitan siempre distinguirse de los otros y al mismo utilizar a los otros para conservar sus propios privilegios económicos.

Los hijos de los pobres seguirán bajo un esquema de lucha y supervivencia; pero para que los ricos sigan siendo ricos, necesitan de una fuerza de trabajo explotada, donde gran parte del valor de su propio esfuerzo vaya a parar a manos del empresario; plusvalía le llama Marx.

Los ricos necesitan de los pobres para poder seguir siendo ricos, y un futuro donde los pobres no tienen hijos impedirá el “exitoso” porvenir de los hijos de los ricos.

Bajo ese esquema, el trasfondo de lo ocurrido en la semana por la esposa del gobernador Samuel García, Mariana Rodríguez; implica un anuncio público en mantener una estructura donde existen hijos explotados. El bebé que provenía del DIF, fue parte de un espectáculo mediático entre los dos excéntricos y ridículos personajes regios. Donde se le mostró a alguien los lujos de una familia con privilegios y la necesidad de conservarlos; ¿Cómo? promoviendo la adopción y la aspiración económica por parte de quienes hipócritamente nunca han carecido; una exhibición absurda de mostrar a alguien lo que los ricos tienen y regresarlo nuevamente a su condición de futuro incierto.

Quien más tiene conciencia de la implicación de traer a alguien al mundo, no necesariamente es un privilegiado económico, sabe qué significa una vida de lucha y sacrificio.

Sin embargo, la idea de tener un hijo como una forma de perpetuar la existencia propia sigue siendo atractiva; los padres buscan en mayor o menor medida que sus hijos hagan lo mismo que ellos, pero quien es crítico con su propia vida enseñará a su descendiente a adquirir un espíritu de lucha frente al que abusa y comete injusticias. Traer hijos al mundo pueden ser los que darán continuidad a un mundo atroz, o serán el contrapeso al querer cambiar una estructura que cada década parece volverse peor, protestando, resistiendo o simplemente diciendo NO. Porque lo que transforma es el rechazo, no la aceptación.


En alguna otra ocasión ya había expuesto mi reflexión sobre el significado de los hijos para las nuevas generaciones. Sin embargo, la posibilidad de tenerlos o no, no sólo depende de voluntades y deseos simplones entre las parejas. El entorno social siempre ejerce una presión, constituye una oportunidad para algunos o para otros resulta un obstáculo para la auto realización.

Hace algunos días me preguntaba quiénes son los que desean tener hijos y además no consideran ningún inconveniente en poderlos mantener. Ser millonario trae consigo otra serie de preocupaciones entorno al tener hijos, el factor económico no constituye un problema, nacen con todas las satisfacciones primarias otorgadas, y hay espacio para caprichos y deseos extraños para el resto de la población. La mentalidad del hijo de un millonario no sólo estará en garantizar la continuidad de su riqueza, si no también de hacerse de los mecanismos propios de diferencia frente a los que carecen. Ellos necesitan siempre distinguirse de los otros y al mismo utilizar a los otros para conservar sus propios privilegios económicos.

Los hijos de los pobres seguirán bajo un esquema de lucha y supervivencia; pero para que los ricos sigan siendo ricos, necesitan de una fuerza de trabajo explotada, donde gran parte del valor de su propio esfuerzo vaya a parar a manos del empresario; plusvalía le llama Marx.

Los ricos necesitan de los pobres para poder seguir siendo ricos, y un futuro donde los pobres no tienen hijos impedirá el “exitoso” porvenir de los hijos de los ricos.

Bajo ese esquema, el trasfondo de lo ocurrido en la semana por la esposa del gobernador Samuel García, Mariana Rodríguez; implica un anuncio público en mantener una estructura donde existen hijos explotados. El bebé que provenía del DIF, fue parte de un espectáculo mediático entre los dos excéntricos y ridículos personajes regios. Donde se le mostró a alguien los lujos de una familia con privilegios y la necesidad de conservarlos; ¿Cómo? promoviendo la adopción y la aspiración económica por parte de quienes hipócritamente nunca han carecido; una exhibición absurda de mostrar a alguien lo que los ricos tienen y regresarlo nuevamente a su condición de futuro incierto.

Quien más tiene conciencia de la implicación de traer a alguien al mundo, no necesariamente es un privilegiado económico, sabe qué significa una vida de lucha y sacrificio.

Sin embargo, la idea de tener un hijo como una forma de perpetuar la existencia propia sigue siendo atractiva; los padres buscan en mayor o menor medida que sus hijos hagan lo mismo que ellos, pero quien es crítico con su propia vida enseñará a su descendiente a adquirir un espíritu de lucha frente al que abusa y comete injusticias. Traer hijos al mundo pueden ser los que darán continuidad a un mundo atroz, o serán el contrapeso al querer cambiar una estructura que cada década parece volverse peor, protestando, resistiendo o simplemente diciendo NO. Porque lo que transforma es el rechazo, no la aceptación.