/ lunes 2 de mayo de 2022

Rosa María…y se queda tu sonrisa

Querida Rosa María:

Siempre te pregunte porque sonreías todo el tiempo y solo te reías más, “y que quieres que haga si se me sale solita”, me decías.

La verdad solo me acuerdo de ti así. Y prefiero quedarte así.

Cada vez que te veía o íbamos a comer o simplemente a caminar por las calles de Toluca me preguntaba siempre lo mismo porque ah ¡como disfrutabas el paso tiempo y de la conversación!, si era comiendo ¡como disfrutabas cada platillo!, si era en el cine o en el teatro ¡como disfrutabas cada escena!, si era en la calle ¡como disfrutabas las imágenes que veías y la verdad, me sorprendía…porque, tenía yo la impresión que sabias muy bien separar los instantes de tu vida cotidiana con tu vida profesional, tu ir y venir de las noticias, tus reuniones en el periódico para ver cuál sería la de ocho, tu revisar las páginas de interiores, tu checar fotos y reporteros y crónicas y uf ¡!! que el periódico saliera a tiempo…y en todo ese ajetreo de la tu vida profesional siempre que estuve contigo y conversábamos ponías a atención a todo lo que decíamos…siempre me quede con la impresión de que todo el tiempo estabas cerca de uno y que todo tu tiempo le pertenecía a quien conversaba contigo. Siempre creí que nadie se sentía ni intruso ni invasor ni de ti ni de tu tiempo...

…y sin embargo de pronto te fuiste y entonces entendí porque vivías tan intensamente todo, porque a cada instante le dabas una intensidad que sorprendía. Yo no sé sí sabias que te ibas pronto, pero sé que terminaste todo lo que tenías que hacer…o lo que soñaste.

…y volví a aprender con tu ausencia que la vida acaba teniendo sentido cuando uno ya no está porque es entonces cuando se acomoda todo el pasado y todo empieza a tener sentido y entonces quienes te han amado te reinventan y te vuelven a imaginar…cada uno desde la trinchera de su vida…

Te veía y ahora te recuerdo y si, disfrutaste la vida creo hasta el último suspiro. No dejaste espacio, pero si tal vez las ganas de seguir…

Yo no sabía, y creo tu tampoco que la vida se fuera así de rápido…y pues ahora ya no estas y no puedo dejar de pensar y releer tus mensajes, si esos que escribiste para todos y que no eran otra cosa que la crónica del día a día de tu lucha alegre por la vida, de tu convivencia con el dolor que te acompañaba y nuevamente los instantes, siempre los instantes, intensos que vivías y los hacías parecer como una eternidad.

La última vez que hablamos me contaste te gustaría un libro entretenido que te distrajera y te hiciera olvidar así que me fui ese mismo día a buscarte uno y te mande el de La verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joel Dicker que me dijiste, semanas después, que te gusto y te distrajo…” misión cumplida” te dije, y ahora a volver a sonreír.

…pero para que te escribo si ya no estas y no podrás leerme…no lo sé, tal vez solo para recordar que aun estas y que como cada semana te envire mi escrito que te seguiré enviando hasta que tu correo se vaya contigo también…

…mientras como tu tratare de vivir el instante como si fuera el ultimo…como si fuera una eternidad…como tú lo solías hacer…como si fueras una niña.



Correo: contextotoluca@gmail.com

Querida Rosa María:

Siempre te pregunte porque sonreías todo el tiempo y solo te reías más, “y que quieres que haga si se me sale solita”, me decías.

La verdad solo me acuerdo de ti así. Y prefiero quedarte así.

Cada vez que te veía o íbamos a comer o simplemente a caminar por las calles de Toluca me preguntaba siempre lo mismo porque ah ¡como disfrutabas el paso tiempo y de la conversación!, si era comiendo ¡como disfrutabas cada platillo!, si era en el cine o en el teatro ¡como disfrutabas cada escena!, si era en la calle ¡como disfrutabas las imágenes que veías y la verdad, me sorprendía…porque, tenía yo la impresión que sabias muy bien separar los instantes de tu vida cotidiana con tu vida profesional, tu ir y venir de las noticias, tus reuniones en el periódico para ver cuál sería la de ocho, tu revisar las páginas de interiores, tu checar fotos y reporteros y crónicas y uf ¡!! que el periódico saliera a tiempo…y en todo ese ajetreo de la tu vida profesional siempre que estuve contigo y conversábamos ponías a atención a todo lo que decíamos…siempre me quede con la impresión de que todo el tiempo estabas cerca de uno y que todo tu tiempo le pertenecía a quien conversaba contigo. Siempre creí que nadie se sentía ni intruso ni invasor ni de ti ni de tu tiempo...

…y sin embargo de pronto te fuiste y entonces entendí porque vivías tan intensamente todo, porque a cada instante le dabas una intensidad que sorprendía. Yo no sé sí sabias que te ibas pronto, pero sé que terminaste todo lo que tenías que hacer…o lo que soñaste.

…y volví a aprender con tu ausencia que la vida acaba teniendo sentido cuando uno ya no está porque es entonces cuando se acomoda todo el pasado y todo empieza a tener sentido y entonces quienes te han amado te reinventan y te vuelven a imaginar…cada uno desde la trinchera de su vida…

Te veía y ahora te recuerdo y si, disfrutaste la vida creo hasta el último suspiro. No dejaste espacio, pero si tal vez las ganas de seguir…

Yo no sabía, y creo tu tampoco que la vida se fuera así de rápido…y pues ahora ya no estas y no puedo dejar de pensar y releer tus mensajes, si esos que escribiste para todos y que no eran otra cosa que la crónica del día a día de tu lucha alegre por la vida, de tu convivencia con el dolor que te acompañaba y nuevamente los instantes, siempre los instantes, intensos que vivías y los hacías parecer como una eternidad.

La última vez que hablamos me contaste te gustaría un libro entretenido que te distrajera y te hiciera olvidar así que me fui ese mismo día a buscarte uno y te mande el de La verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joel Dicker que me dijiste, semanas después, que te gusto y te distrajo…” misión cumplida” te dije, y ahora a volver a sonreír.

…pero para que te escribo si ya no estas y no podrás leerme…no lo sé, tal vez solo para recordar que aun estas y que como cada semana te envire mi escrito que te seguiré enviando hasta que tu correo se vaya contigo también…

…mientras como tu tratare de vivir el instante como si fuera el ultimo…como si fuera una eternidad…como tú lo solías hacer…como si fueras una niña.



Correo: contextotoluca@gmail.com