/ viernes 4 de septiembre de 2020

Valor Agregado | Agro a la cabeza de las prioridades económicas

El sector primario para el Estado de México representa más de 20 mil mdp anuales del PIB estatal y aproximadamente 375 mil empleos directos.

En tiempos de pandemia, no podemos dejar de hablar de afectaciones a más sectores económicos, esta ocasión priorizando el agropecuario y ganadero, el llamado sector primario.

Los datos al paso de los meses de contingencia arrojan que en el caso de ganadería, especialmente en bovinos, ha registrado una caída de hasta 70% en ventas, lo cual significa no solo que los ganaderos no pueden vender sus animales, sino que deben seguir manteniendo su alimentación, con suministros más caros porque en el caso de los concentrados, se rigen por la paridad peso - dólar, así como la compra de medicamentos de uso veterinario que también se rigen por el tipo de cambio.

La acuacultura vive una realidad muy semejante, si consideramos que el Estado de México es el primer productor a nivel nacional, considerando solo a los estados sin litoral, entenderemos el tamaño de la afectación, con una caída de 80% en sus ventas, principalmente en producción de trucha arcoíris, que se expende en centros turísticos como Valle de Bravo, Villa del Carbón, Malinalco y La Marquesa, lugares a los que la población en este momento y en meses previos, no acude con regularidad.

El sector avícola, pese a ser la fuente de proteína animal de mayor consumo por la población, al ser el de menor costo, huevo y pollo, también ha presentado disminución en sus ventas por un 20%, ya que el consumo se ha limitado.

La industria del mezcal, ha disminuido su producción por falta de venta, también ha cerrado sus visitas turísticas a las zonas de producción, lo cual significa menos ingresos para los productores, menos generación de empleos y disminución en consumo en las economías locales.

La industria maderera ha sufrido merma en sus ventas y todo es derivado de la contracción económica que vive el país y estado, la falta de empleo y limitado apoyo por parte del estado para lograr una reactivación ordenada y firme.

Si el sector base, el primario, del que dependen los alimentos presenta pérdidas y decrecimiento, quiere decir que la crisis tocó las membranas más sensibles de la economía familiar, representa fehacientemente la disminución de los ingresos.

Las familias mexiquenses han incrementado su consumo en productos basados en la industria de la masa y tortilla, son de menor costo y representan, al parecer, la única alternativa de alimentación para los mexiquenses, este sector ha crecido un 10% en tiempos de pandemia, ello como consecuencia de lo antes descrito.

Se deben impulsar políticas públicas que garanticen la alimentación de las familias como una necesidad básica y derecho fundamental de las personas, pero también el sector primario en su conjunto debe fortalecerse pues de el dependen productores y empresas generadoras de empleo para que sigan desempeñando su noble labor de alimentar a los mexiquenses.

El sector primario para el Estado de México representa más de 20 mil mdp anuales del PIB estatal y aproximadamente 375 mil empleos directos.

En tiempos de pandemia, no podemos dejar de hablar de afectaciones a más sectores económicos, esta ocasión priorizando el agropecuario y ganadero, el llamado sector primario.

Los datos al paso de los meses de contingencia arrojan que en el caso de ganadería, especialmente en bovinos, ha registrado una caída de hasta 70% en ventas, lo cual significa no solo que los ganaderos no pueden vender sus animales, sino que deben seguir manteniendo su alimentación, con suministros más caros porque en el caso de los concentrados, se rigen por la paridad peso - dólar, así como la compra de medicamentos de uso veterinario que también se rigen por el tipo de cambio.

La acuacultura vive una realidad muy semejante, si consideramos que el Estado de México es el primer productor a nivel nacional, considerando solo a los estados sin litoral, entenderemos el tamaño de la afectación, con una caída de 80% en sus ventas, principalmente en producción de trucha arcoíris, que se expende en centros turísticos como Valle de Bravo, Villa del Carbón, Malinalco y La Marquesa, lugares a los que la población en este momento y en meses previos, no acude con regularidad.

El sector avícola, pese a ser la fuente de proteína animal de mayor consumo por la población, al ser el de menor costo, huevo y pollo, también ha presentado disminución en sus ventas por un 20%, ya que el consumo se ha limitado.

La industria del mezcal, ha disminuido su producción por falta de venta, también ha cerrado sus visitas turísticas a las zonas de producción, lo cual significa menos ingresos para los productores, menos generación de empleos y disminución en consumo en las economías locales.

La industria maderera ha sufrido merma en sus ventas y todo es derivado de la contracción económica que vive el país y estado, la falta de empleo y limitado apoyo por parte del estado para lograr una reactivación ordenada y firme.

Si el sector base, el primario, del que dependen los alimentos presenta pérdidas y decrecimiento, quiere decir que la crisis tocó las membranas más sensibles de la economía familiar, representa fehacientemente la disminución de los ingresos.

Las familias mexiquenses han incrementado su consumo en productos basados en la industria de la masa y tortilla, son de menor costo y representan, al parecer, la única alternativa de alimentación para los mexiquenses, este sector ha crecido un 10% en tiempos de pandemia, ello como consecuencia de lo antes descrito.

Se deben impulsar políticas públicas que garanticen la alimentación de las familias como una necesidad básica y derecho fundamental de las personas, pero también el sector primario en su conjunto debe fortalecerse pues de el dependen productores y empresas generadoras de empleo para que sigan desempeñando su noble labor de alimentar a los mexiquenses.