/ domingo 11 de junio de 2023

Reflexiones en textos cortos | Ganas de hablar, pero sin tener algo qué decir

El contenido en redes sociales tiene una periodicidad, al estar dentro del capitalismo el uso y desuso del contenido es importante para generar consumo constante. Se consume algo hoy para después desecharse y seguir consumiendo.

Decir en redes sociales como Tik Tok despierta un interés para cualquiera que tenga un celular e internet. La gente a menudo habla de “problemas” y cómo “solucionarlos” o recorta fragmentos de videos y elabora conclusiones apresuradas, la inmediatez genera pensamientos de microondas, instantáneos que no perduran y no se quedan en la vida de los seres humanos.

Quizá me muerda la lengua pues el contenido de estas columnas ya está también circulando en TikTok (@javiermigo), con la propuesta de decir algo distinto. Pero en medio de una sociedad que ve contenidos desechables y cortoplacistas. ¿Cómo podemos decir algo distinto y al mismo tiempo que pueda perdurar en el tiempo?

Hay una actividad que realizo con mis alumnos universitarios, cumple el propósito de enseñarles a observar datos, describir para después interpretar. Es difícil, pues desde su educación básica se les ha enseñado a los jóvenes a decir lo que sienten en lugar de primero pensar qué es lo que está pasando. No son capaces de definir y determinar los elementos de su alrededor para después concluir, la consideración del entorno es a medias.

Imaginemos lo siguiente. Durante el tráfico dentro de un vehículo en donde va uno de nosotros, el camino se ve obstruido por un automóvil que desde el carril de baja da un volantazo repentino y se coloca justo en frente del coche en donde vamos nosotros; existe enojo y reproche por la acción del conductor; ignorando por completo que más adelante un camión de entrega estaba con luces intermitentes estorbando el carril de baja en la carretera, obligando a que el conductor tuviera que cambiar de carril para seguir su camino. Las personas realizan conclusiones apresuradas y en el acto no condenan a los verdaderos responsables.

La descripción es poderosa, por que nos obliga a aportar los datos que sean necesarios para ilustrar un punto, convencer de algo o defender una idea. – Sal de tu zona de confort – dicen los Tik Tokers, pero lo primero es preguntarse y responder ¿Cómo es que la gente llega a una zona de confort? ¿Qué implica sacrificar la zona de confort? ¿Cuál es el costo material y emocional? Y de ahí, desde la individualidad de quien habla, explica qué fue lo que le llevó a tomar cierta decisión, que causas consideraron, en qué fracasaron.

El problema de los creadores de contenido es que generalizan lo que dicen, atribuyendo con relatos supuestas lecciones desde un relato ambiguo y con sentido sólo para aquellos que ya están de acuerdo con ellos, no para aquellos que quieren resolver un problema desde condiciones muy específicas e individuales.

Es más enriquecedora una charla donde se aprende del otro desde sus historias, y en la similitud con su personalidad, nosotros ya comenzamos a arreglar nuestros propios problemas.

El contenido en redes sociales tiene una periodicidad, al estar dentro del capitalismo el uso y desuso del contenido es importante para generar consumo constante. Se consume algo hoy para después desecharse y seguir consumiendo.

Decir en redes sociales como Tik Tok despierta un interés para cualquiera que tenga un celular e internet. La gente a menudo habla de “problemas” y cómo “solucionarlos” o recorta fragmentos de videos y elabora conclusiones apresuradas, la inmediatez genera pensamientos de microondas, instantáneos que no perduran y no se quedan en la vida de los seres humanos.

Quizá me muerda la lengua pues el contenido de estas columnas ya está también circulando en TikTok (@javiermigo), con la propuesta de decir algo distinto. Pero en medio de una sociedad que ve contenidos desechables y cortoplacistas. ¿Cómo podemos decir algo distinto y al mismo tiempo que pueda perdurar en el tiempo?

Hay una actividad que realizo con mis alumnos universitarios, cumple el propósito de enseñarles a observar datos, describir para después interpretar. Es difícil, pues desde su educación básica se les ha enseñado a los jóvenes a decir lo que sienten en lugar de primero pensar qué es lo que está pasando. No son capaces de definir y determinar los elementos de su alrededor para después concluir, la consideración del entorno es a medias.

Imaginemos lo siguiente. Durante el tráfico dentro de un vehículo en donde va uno de nosotros, el camino se ve obstruido por un automóvil que desde el carril de baja da un volantazo repentino y se coloca justo en frente del coche en donde vamos nosotros; existe enojo y reproche por la acción del conductor; ignorando por completo que más adelante un camión de entrega estaba con luces intermitentes estorbando el carril de baja en la carretera, obligando a que el conductor tuviera que cambiar de carril para seguir su camino. Las personas realizan conclusiones apresuradas y en el acto no condenan a los verdaderos responsables.

La descripción es poderosa, por que nos obliga a aportar los datos que sean necesarios para ilustrar un punto, convencer de algo o defender una idea. – Sal de tu zona de confort – dicen los Tik Tokers, pero lo primero es preguntarse y responder ¿Cómo es que la gente llega a una zona de confort? ¿Qué implica sacrificar la zona de confort? ¿Cuál es el costo material y emocional? Y de ahí, desde la individualidad de quien habla, explica qué fue lo que le llevó a tomar cierta decisión, que causas consideraron, en qué fracasaron.

El problema de los creadores de contenido es que generalizan lo que dicen, atribuyendo con relatos supuestas lecciones desde un relato ambiguo y con sentido sólo para aquellos que ya están de acuerdo con ellos, no para aquellos que quieren resolver un problema desde condiciones muy específicas e individuales.

Es más enriquecedora una charla donde se aprende del otro desde sus historias, y en la similitud con su personalidad, nosotros ya comenzamos a arreglar nuestros propios problemas.